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La infructífera venta de bonos de carbono de un relleno sanitario que actúa como parque ambiental

De cómo la Empresa Metropolitana de Aseo de Pasto (Colombia) participa en la mitigación del cambio climático..

By Angela Vejarano

July 4, 2013

Entre las hermosas montañas del Nudo de los Pastos en Colombia, se ubica el relleno sanitario Antanas, receptor de los residuos sólidos que diariamente generan la ciudad de Pasto y otros municipios y corregimientos del departamento de Nariño. Si bien podría parecer un escenario contradictorio aquel de un hermoso paisaje que contiene un relleno sanitario, la Empresa Metropolitana de Aseo de Pasto S.A. E.S.P. ha conformado un parque ambiental en las áreas contiguas al relleno y sobre éste mismo. Extensos prados y coloridas plantas hace que por momentos las personas olviden que se encuentran en el lugar al que afluyen casi todos los desechos de Nariño. Adicional a esto, desde el año 2008 la Empresa Metropolitana inició un proceso de quema de gases para la mitigación de emisiones de Gases Efecto Invernadero, gracias a la disposición de una planta que para tal fin instaló Bionersis, una empresa que a finales de 2012 abandonó el proceso debido a que el mercado de bonos de carbono entró en crisis. Son estas dos iniciativas las que la presente ficha aborda como aportes al cambio climático.

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En el marco del proyecto “Ciudades colombianas y cambio climático”, trabajado en conjunto con la Agencia Francesa para el Desarrollo, Fedesarrollo y la Fundación Ciudad Humana; el Instituto de Investigación y Debate sobre Gobernanza identificó diferentes experiencias que buscan la adaptación y/o mitigación del cambio climático. En particular, la experiencia de la Empresa Metropolitana de Aseo de Pasto S.A. E.S.P. (EMAS Pasto) deja un sabor agridulce porque abarca dos iniciativas: una exitosa sobre el manejo del relleno sanitario de Pasto como un parque ambiental en el que se forman a estudiantes de colegios y ciudadanía en general sobre el manejo de residuos sólidos, a la vez que conservan y mantienen zonas forestales de la región; y otra que tuvo un intempestivo final debido a la no ratificación de los compromisos del Protocolo de Kyoto en 2012, relativa a la venta de bonos de carbono por cuenta de la quema de los gases producidos por los residuos sólidos que acoge el relleno. De esta manera, la presente ficha de experiencia se centra en la gestión de la Empresa Metropolitana de Aseo de Pasto, una entidad con claras políticas a favor del medio ambiente (que podrían ser replicadas en otros contextos específicos), pero que no tuvo éxito en la venta de bonos de carbono dispuestos a partir de la quema de gases producto de los residuos que trata.

El relleno sanitario en el Parque Ambiental Antanas

San Juan de Pasto es el centro urbano del municipio de Pasto (capital del departamento de Nariño, Colombia), el cual está compuesto, además, por diecisiete (17) “corregimientos”, que son pequeñas poblaciones rurales contenedoras de unidades más básicas llamadas “veredas”. Así, se entiende que Pasto es una ciudad que se compone de una cabecera municipal y de una amplia área rural dividida entre corregimientos y veredas. De acuerdo con las proyecciones demográficas realizadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística-DANE, para el año 2013 Pasto contaría con 428.890 habitantes sumando las zonas rurales y la urbana. Es una ciudad pequeña en comparación a otras ciudades capitales del país que cuentan con centros urbanos más amplios y poblaciones más densas. De alguna forma, esto explica que el manejo del relleno sanitario municipal pueda realizarse con mayor facilidad y con miras hacia su optimización, según comenta José Antonio Zambrano, director técnico de EMAS Pasto. Para hacerse a una idea: Mientras que el relleno sanitario de Doña Juana en Bogotá, D.C. recibe cerca de 2.500 toneladas de residuos cada semana, el de EMAS Pasto sólo acoge 205 toneladas semanalmente.

El proceso de recolección de residuos sólidos domiciliarios, industriales y comerciales se hace de forma manual, con la ayuda de un equipo de recolectores que recorre las calles y vías del municipio aproximadamente dos días a la semana. No obstante, el relleno que administra EMAS Pasto también recibe los residuos de otros treinta y tres (33) municipios del departamento de Nariño que, debido a su pequeño tamaño y capacidad fiscal, no cuentan con un área específica para la disposición de basuras. Actualmente, el lote que posee la empresa para aislar y confinar estos residuos comprende una superficie de 100 hectáreas. Sin embargo, lo que caracteriza a este relleno sanitario es, precisamente, que se ha convertido desde 2001 en el Parque Ambiental Antanas, un complejo de diferentes escenarios donde se encuentran no sólo los vasos y plantas de lixiviados propios de cualquier relleno, sino también amplios prados verdes, senderos ecológicos, un orquideario, un centro agroecológico demostrativo (donde se cuenta con una planta piloto de compostaje, un lombricompuesto y un vivero), y un aula ambiental donde los visitantes y estudiantes de colegios llegan a recibir conferencias o cursos relacionados con el cuidado del medio natural y la restauración ecológica.

Los predios que administra EMAS Pasto manejan una relación 70-30, donde la primera cifra indica el porcentaje del terreno dedicado a la conservación forestal, mientras el segundo se refiere a los suelos que contienen los residuos sólidos recolectados. Cabe mencionar que algunas partes donde se vislumbran prados, el aula ambiental o un pequeño parque infantil, se encuentran realmente erigidos sobre toneladas de residuos que han sido compactados cuidadosamente y sobre los que EMAS Pasto logró disponer capas de tierra y césped que cambian por completo el paisaje tradicional de cualquier relleno sanitario. A esto se añade la multitud de plantas y flores que acompañan de color el recorrido que hacen los visitantes, quienes desde lo alto de la colina donde se encuentra el aula pueden observar cada uno de los diferentes espacios en los que se desarrollan los procesos de disposición, compactación, y conducto y tratamiento de lixiviados.

De esta manera, puede afirmarse que el diseño del Parque Ambiental Antanas es propicio para consolidar procesos que apuntan a la “educación, formación y sensibilización al público” estipulado en el artículo 6 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Efectivamente, en la medida en que diferentes grupos poblacionales comprendan la importancia de la reutilización y separación de los residuos, se logrará una reducción en el volumen del vertedero y, por lo tanto, menores cantidades de gas metano. Adicionalmente, si se considera que la deforestación es una de las principales razones que contribuyen al aumento de emisiones de dióxido de carbono, entonces la conservación y mantenimiento de áreas con una rica biodiversidad cobra vital importancia dentro de las políticas ambientales de EMAS Pasto. En todo caso, lo que más resalta de estos procesos, es la preocupación de la Empresa que vincular a la ciudadanía dentro de su funcionamiento a través de estrategias pedagógicas.

La venta de bonos de carbono por quema de gases

Otro de los procesos que comprendía el funcionamiento de EMAS Pasto en el relleno hasta finales de 2012, era el de la quema de gases para la disminución de las emisiones de metano que generan los residuos. En el año 2008 se firmó un contrato de convenio entre EMAS Pasto y la empresa de origen francés Bionersis, “pionera e innovadora en la valorización del biogás de vertederos”, que por esa época empezó a interesarse en rellenos sanitarios pequeños para adelantar proyectos de Mecanismos de Desarrollo Limpio-MDL. Bionersis fue creada en 2005, y para 2008 ya había trabajado en otros rellenos de América Latina ubicados en Argentina, Chile, Cuba y Santo Domingo. Incluso su estructura ejecutiva incluye -de acuerdo al sitio web oficial de la entidad- a dos directores cuyas funciones se especializan en Asia y América Latina, respectivamente.

En el caso específico de EMAS Pasto, el convenio con Bionersis consistió en que esta empresa se encargaría de la instalación y operación de una planta de quema de gases, de forma que se capturara y destruyera el biogás producto del vertedero o relleno de EMAS Pasto, quien disponía sus instalaciones para la realización del proceso. La importancia de la destrucción o quema de biogás, radica en que éste es un compuesto que contiene una alta proporción de metano, gas al que científicamente se adjudica un potencial de contaminación y de contribución al cambio climático de 21 a 23 veces más fuerte que el CO2. De esta manera, se aportaría en la disminución de emisiones de uno de los Gases de Efecto Invernadero-GEI que trata el Protocolo de Kyoto. Efectivamente, después de que la planta de desgasificación fue instalada en el relleno y de que las Naciones Unidas aprobara el proyecto como un MDL en 2009, Bionersis empezó a vender los Certificados de Reducción de Emisiones (CERs, en inglés) o bonos de carbono en los mercados internacionales, donde los países del Anexo I del Protocolo (aquellos que tienen metas específicas de reducción de emisiones GEI) los compraban para cumplir con los compromisos acordados en éste. Según comenta Zambrano, la venta de los bonos lograba recaudar por esa época cerca de tres millones de dólares en tres años. De forma paralela, Bionersis entregaba a EMAS Pasto un monto fijo de treinta (30) pesos por cada metro de gas incinerado, por concepto de regalías que se otorgaban de forma independiente de la manera en que se comportara el mercado de CERs. A su vez, EMAS Pasto acordó con la Alcaldía de Pasto (entidad propietaria del 40% de las acciones de la empresa de aseo), que el biogás pertenecería a la Empresa, pero que la Alcaldía recibiría el 50% de las regalías generadas por la venta de bonos de carbono que se lograban tras su destrucción.

Comenta el director técnico de EMAS Pasto que “para nosotros fundamentalmente era un proyecto ambiental”, pues los recursos facilitados por el negocio de CERs no representaban mayores ingresos para la empresa. Sin embargo, pese a que el contrato con Bionersis se extendía hasta el año 2018, la planta de desgasificación fue cerrada por esta entidad de forma intempestiva en Diciembre del año pasado, debido a que la no ratificación de los compromisos del Protocolo de Kyoto en 2012 generó una crisis de precios en los mercados de CERs que hacía insostenible cualquier negocio de este tipo. Los países del Anexo I ya no se veían obligados a comprar bonos de carbono y, por lo tanto, la demanda de los mismos se redujo drásticamente. Así, actualmente EMAS Pasto se encuentra a la espera de lo que suceda en el panorama internacional a propósito del Protocolo o el acercamiento de firmas especializadas que busquen alternativas para el manejo del biogás.

 

EMAS Pasto continúa su trabajo con las ofertas ecológicas y educativas que brinda el Parque Ambiental Antanas, pero sus directivos siguen buscando la forma de evaporar al menos el 40% del biogás que genera el relleno. Esto podría lograrse si parte de la maquinaria clausurada por Bionersis se reactivara y quedara en funcionamiento de EMAS Pasto, cuya política empresarial es por excelencia ambientalista, lo que guía y explica todos los resultados que ha logrado y logrará la empresa, según Zambrano.

Comments

Sobre la gestión de EMAS Pasto, puede concluirse que la Empresa ha utilizado dos estrategias que, en diferente medida y con distintos resultados, aportan a la mitigación del cambio climático. Por un lado, las ofertas pedagógicas que sobre el cuidado del medio natural y el reciclaje aportan para el componente de formación, educación y sensibilización sobre el cambio climático, en tanto que los residuos sólidos son una fuente importante de gas metano, uno de los Gases de Efecto Invernadero regulado por el Protocolo de Kyoto. De esta manera, el conocimiento sobre el tema puede propiciar que las personas que asisten al aula ambiental generen hábitos coherentes con la emergencia que suscita el fenómeno. Así mismo, estas ofertas pedagógicas cobran fuerza y dinamismo con las actividades y el paisaje que proporciona el Parque Ambiental Antanas, un espacio donde se puede re-pensar el papel de un relleno sanitario en cualquier ciudad.

Por otro lado, es importante anotar que, pese a la intención que demuestra la Empresa con sus políticas ambientales, la implementación de tecnologías que permitan la reducción de emisión de metano no tuvo el mismo éxito que por ahora tienen las ofertas pedagógicas y mantenimiento del Parque. La repentina suspensión de la planta de Bionersis, producto de la crisis del mercado de bonos de carbono, ha hecho que el papel del relleno sanitario como un Mecanismo de Desarrollo Limpio se desdibuje. Y, sin embargo, la intención de reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero, aún sigue en pie. En este sentido, el problema para implementar estrategias de quema de gases en el relleno sanitario, no radica sólo en el volátil desarrollo de un mercado internacional, sino en la falta de capacidad local (podría pensarse, incluso, a nivel nacional) para gestionar nuevas tecnologías que busquen la mitigación del cambio climático.

Finalmente, las dos estrategias comentadas tienen en común la importancia del conocimiento y la información para la gestión del cambio climático. En primer lugar, en el ámbito de la conciencia ciudadana sobre el tema y la incorporación de su discurso en la cotidianidad. En segundo lugar, a propósito de la necesidad de investigación local o nacional para la efectiva implementación de iniciativas municipales que no dependan totalmente de actores externos para su desarrollo.

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