Enrique Peruzzotti plantea que los modelos existentes para estudiar la participación política no son excluyentes entre si en la medida en que cada uno se centra en una capa y un actor diferente del proceso. Los modelos o cuerpos teóricos sobre los cuales se basa el autor son el de la cultura cívica, el del espacio público y el de la política de representación de intereses. El enfoque de la cultura cívica estudia la capa social de las redes primarias y secundarias como son la familia, el trabajo, la institución educativa y las asociaciones voluntarias. Se trata en este caso de una participación prepolitica. El modelo de la esfera pública analiza los actores públicos abstractos e informales como los movimientos sociales. La participación aquí se da bajo la forma de una influencia indirecta. Finalmente, los estudios de la representación de intereses se basan en los grupos de presión que por medio del lobbying ejercen una influencia directa en la política. Partiendo de esta diferenciación, el autor plantea que para estudiar la participación se deben tomar en cuenta los tres niveles del proceso, las interacciones entre estos y su articulación con los sistemas de representación.