Las dos preguntas que plantea Elkin Velásquez en su ponencia son las siguientes : ¿ Por qué ha funcionado en Bogotá la apropiación de las normas de convivencia y de seguridad por parte de los ciudadanos? ¿Por qué han bajado de manera tan importante las tasas de crimen y de homicidio en Bogotá cuando se mantenían iguales o peores en muchas otras ciudades de Colombia, de Latinoamérica y del mundo?

En 1993, la tasa de homicidio en Bogotá era de 81,2 homicidios por 100.000 habitantes ; en 2006, la misma tasa había bajado a 18,8 homicidios por 100.000 habitantes.

Desde 1991 y el cambio constitucional, el tema de la seguridad ciudadana ha sido concebido como una responsabilidad importante por los distintos alcaldes de Bogotá. A partir de 1995, las políticas públicas de A. Mockus instauran un esquema de “gobernabilidad no formalizada” que ha permitido la sostenibilidad y la continuidad de la política de seguridad ciudadana. Hubo también un desmantelamiento importante de los carteles de la droga en Cundinamarca. En los últimos 15 años se puede decir que hubo una continuidad sin continuismo ; una forma de consenso para darle continuidad en el tiempo a la política iniciada por Antanas Mockus.

También, se trató de una política pública muy flexible ; lo que siempre rendía posible un dispositivo de negociación y de cooperación amplia entre una pluralidad de actores. Las soluciones de gobernabilidad que se han construido de manera colectiva en el caso de Bogota fueron muy eficientes. La fuerza pública ha aceptado el liderazgo de los responsables políticos de los gobiernos municipales.

Los resultados principales de esas políticas públicas han sido el aumento de la confianza institucional y el crecimiento del nivel de auto-estima de los habitantes de la ciudad. Bogota ha salido de la situación de crisis que padecía en los años 1990. Una verdadera cultura ciudadana se ha consolidado en Bogota.