América latina en su conjunto representa a penas 11 % de la población mundial pero más del 42 % de los homicidios anuales cometidos por arma de fuego. Brasil sólo representa el 3 % de la población mundial pero representa el 11% de los mismos homicidios anuales cometidos por arma de fuego. En ciertas grandes ciudades como Sao Paulo o Rio de Janeiro se habla incluso de “nuevas guerras” para calificar los enfrentamientos entre las múltiples “bandillas de jóvenes” que se han multiplicado esos últimos años.

Esos enfrentamientos entre bandillas de jóvenes en Brasil provocan incluso más muertos -36.000 muertos por año- que en ciertos países africanos que han conocido situaciones de conflicto interno ( Uganda, 1 500 muertos por año durante el conflicto ; Liberia, 2 200 muertos por año durante el conflicto ). Muchos de esos niños son calificados como “soldados menores de edad” por los organismos internacionales; sin embargo no se puede aplicar la legislación sobre conflicto armado interno en Brasil.

Se han hecho muchos comentarios sobre las razones por las cuales los jóvenes entran a esas bandillas. Entre esas diversas razones, se han destacado el acceso a bienes de consumo, el acceso a las armas y la búsqueda de una cierta posición de prestigio social. También la falta de alternativas económicas, la pobreza y la voluntad de participar de la identidad valorizada de un grupo armado son factores que han sido mencionados. Finalmente se ha mencionado también el deseo de beneficiar de una familia de sustitución – la del grupo armado - cuando se sabe que muchos de esos jóvenes que entran a las bandillas no tienen familia.

Desde hace varios años, varias organizaciones de base trabajan con las alcaldías de Río de Janeiro y de Sao Paulo para poner en marcha programas de prevención de la violencia y de rehabilitación a la vida civil destinados a esos jóvenes vinculados a las bandillas.