La autora investiga el impacto que puede tener el populismo aún cuando el líder no está presente. Se retoman experiencias históricas como Haya de la Torre en el Perú. En este caso, se trata del momento de la caída del presidente ecuatoriano Abdala Bucaram. La idea principal es que las prácticas instrumentalistas de la clase política tuvieron mucho que ver en su salida y fueron las mismas que sirvieron para su regreso. En efecto, desde su exilio en Panamá Bucarám seguia siendo un problema para el sistema político y la clase política ecuatoriana se contentó con la utilziación de vías legales como solución. Sin embargo, Bucarám no aprovechó su tiempo por fuera para cambiar y al volver “más loco que nunca”, su regreso causó crisis y un estancamiento político en el cual se quedaron también las élites políticas. Esto desencadenó las crisis que vinieron después. En otras palabras, no hubo aprendizaje político por parte de la élite porque la crisis del Bucaramazo no causó crisis y cuestionamiento de las prácticas políticas en el seno de la clase dirigente.