Colloquium

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El autor hace un análisis de la evolución de los movimientos sociales ecuatorianos a partir de los años noventa, su incidencia en la política del país y los desafíos que enfrentan hoy en el marco de la asamblea constituyente. La década de los noventa fue una etapa expansiva para los movimientos sociales que se manifestaron por medio de protestas, movilizaciones y la creación de movimientos políticos. Este auge culminó con la destitución de dos presidentes y la inclusión en la Constitución de 1998 de las demandas de plurinacionalidad por parte del movimiento indígena. A partir del 2003 empieza un periodo de reflujo de los movimientos sociales debido a las rivalidades y las relaciones corporatistas que se establecieron entre estos y el Estado. En efecto, las interacciones entre el movimiento indígena y el Estado permitieron el desarrollo de una clase intelectual indígena creando un proceso ambiguo en la medida en que esta elite puede ser cooptada y utilizada por la clase política y no siempre representa a todos los indígenas. De forma paralela, se asiste en esta época a un auge de las protestas de la clase media urbana. En la actualidad se percibe una ausencia de capacidad de movilización de los movimientos sociales, lo que plantea el gran reto para la asamblea constituyente de incluir las demandas de los diferentes movimientos y plantea también el interrogante del nuevo tipo de indigenismo que està surgiendo en el país.

 

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