Colloquium

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Rodrigo Borja plantea que la integración es el único mecanismo que permitiría a los países latinoamericanos defender sus intereses a escala internacional. Los objetivos para los Estados apuntan en la actualidad a un desarrollo que va mucho más lejos de la producción económica o material y que debe centrarse en temas cualitativos como la libertad, el bienestar, el medio ambiente, la salud y la educación. El desafío es cada día mas grande por el contexto global y la nueva etapa histórica en la que el mundo ha entrado después del fin del comunismo y que está basada en la revolución biotecnológica. Los países occidentales son los dueños de la digitalización y sus corporaciones transnacionales son las que dominan la economía mundial, reemplazando a los Estados nacionales en términos de hegemonías. Esta concentración del saber y la acumulación tiene efectos polarizantes puesto que genera cada día una brecha más grande entre los países que controlan el conocimiento y los países pobres. Dentro de este contexto la integración se presenta como un mecanismo de defensa para los países al margen de la revolución biotecnológica y por esto debe ser reforzada e instrumentalizada. El problema es que muchos países de la región no han entendido esto porque no han entendido la caducidad del Estado. Muchos temas importantes en el desarrollo como la cuestión del agua, la lucha contra el sida, el medio ambiente y el terrorismo no pueden solucionarse hoy a escala nacional. Los países deben entender que la integración reafirma la soberanía estatal en la medida en que cada uno se autolimita pero para actuar mejor.

 

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