La gobernabilidad democrática en Chile, entendida como la estabilidad política que conoce el país desde el fin de la dictadura, se explica por el nuevo tipo de sociedad y de ciudadanía que se ha constituido con el neoliberalismo. Se parte de la idea que en Chile no han surgido estallidos sociales significativos en los últimos diecisiete años porque el neoliberalismo dominante ha creado una sociedad en donde la ciudadanía política y la ciudadanía social se han fragmentado. En otras palabras, existe un vaciamiento de la política en los chilenos que los ha convertido en ciudadanos pasivos. Ésto se entiende porque la sociedad neoliberal avanzada se presenta como una sociedad conservadora, mediática, despolitizada y mercantilizada. Es políticamente conservadora porque al votar por partidos de derecha o de la concertación los chilenos manifiestan la voluntad de mantenerse dentro de un esquema neoliberal sin que se propongan cambios profundos. Inclusive las recientes movilizaciones de los estudiantes y de los trabajadores subcontratistas se dan dentro de un modelo neoliberal que no se cuestiona. En el caso de los estudiantes ésto es cierto porque luchan por una mejor calidad de la educación, lo que hace que sus reclamos sean ante el Estado pero también ante el mercado. Por otra parte, la sociedad chilena es mediatizada en la medida en que son los medios de comunicación los que determinan en gran parte la opinión pública contribuyendo al vaciamiento de la política y la perdida de utopías en la sociedad. Igualmente se ha creado entre los chilenos la imagen de que el mejor ciudadano es el que se mantiene al margen de la política y no vota. Todo esto dentro de un modelo de sociedad mercado-céntrica en donde todo se compra y se vende y en donde la inclusión de los ciudadanos está en gran parte determinada por su capacidad de endeudamiento.