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Entrevista

“La participación ciudadana ha generado niveles más altos de confianza que incluso, se han ido traduciendo en desarrollo local”.

La experiencia de la Red de Municipalidades Rurales del Perú demuestra como han logrado incidir desde lo local en las políticas nacionales y difundir su experiencia gracias a la cooperación internacional.

Wilbert Gabriel Rozas Beltrán: Alcalde de la Provincia de Anta. Ex Alcalde distrital de Limbatambo y de la Provincia de Anta. Coordinador de la Red de Municipalidades Rurales de Perú, REMURPE.

Por Dalia Moreno

Contenido

Preguntas y respuestas:

Sr. Rozas, en su opinión y en orden de prioridad, ¿cuáles son los tres principales desafíos que enfrenta la cohesión social en su gobierno local y/o municipio?

En primer lugar quiero decirles que yo vengo en representación de las pequeñas y medianas ciudades del Perú, asociadas en la Red de Municipalidades Rurales del Perú, REMURPE y agradezco esta invitación pues veo que también hay representación de las grandes ciudades que si bien tienen una problemática diferente a la nuestra, al fin y al cabo tienen problemas como nosotros.

Los municipios que estamos asociados a la REMURPE nos hemos puesto como reto número uno, el desarrollo propio institucional de las municipalidades, específicamente en una función importante: la participación de la ciudadanía y de la sociedad en el quehacer del gobierno. Por eso nos hemos planteado trabajar en tres derechos fundamentales para el desarrollo de esta propuesta: Primero, que la poblaciones tengan la capacidades para decidir, en parte o totalmente, las acciones de los gobiernos o de los instrumentos de gobierno. De ahí que nos hemos planteado trabajar en herramientas como el presupuesto participativo, la planeación estratégica y en cada una de las cosas que operativizan estas acciones.

El otro reto es desarrollar no sólo la capacidad de decidir sino también de gestionar. Es decir que la gente no solamente sepa que tiene derechos, sino también obligaciones; y la gestión obliga a la ciudadanía a participar como parte del gobierno, sabiendo que tiene una cuota de responsabilidad en ese aspecto, en el desarrollo del gobierno.

Para ello, creemos que hay dos formas de gestionar, desde su propia realidad (su barrio, su comunidad, su caserío); pero también de manera conjunta hacia el gobierno local. Y para que estos dos aspectos funcionen es fundamental un tercer reto en el que hay que trabajar: la cuestión referente a la vigilancia ciudadana y a la transparencia. Por ejemplo se ha mencionado en este foro algo muy cierto, y es que las autoridades locales a veces somos vistos como si fuéramos delincuentes y se nos desprecia.

Es importante escuchar a las instituciones, trabajar con la población y no se trata de que las autoridades tengan que convencer a la población sino es la población que tiene que tener confianza de que la autoridad trabaja con transparencia en lo que se necesita.

Trabajar en aspectos fundamentales para la cohesión social no significa que nos hemos olvidado del desarrollo económico local y de los servicios permanentes que tenemos que proporcionar como gobierno local, sino más bien son dos caras de una misma moneda, por eso tenemos trabajar con espíritu integral; mucho más cuando venimos de redes de pequeñas y medianas ciudades en las cuales los gobiernos locales estamos más identificados por la propia población, vivimos el problema de manera más cercana y de manera cotidiana.

Lograr trabajar a estos niveles resuelve muchos problemas. La misma participación ciudadana ha permitido crear niveles más altos de confianza que incluso se han ido traduciendo en desarrollo local. Por ejemplo, el reto de esta reunión es cómo desde lo local, podemos hacer políticas de influencia en lo regional y en lo nacional, políticas de incidencia. En el caso del Perú, el trabajo de la REMURPE ha permitido que en la ley orgánica de las municipalidades se reconozca no solamente a las grandes ciudades, sino también a las pequeñas, medianas y a los municipios rurales. Solamente para mostrar el grado de incidencia, les comento que hoy se considera y reconoce al presupuesto participativo en la ley. Esa es una forma de influir desde lo local en lo nacional.

Pero la participación ciudadana se construye, no surge de la noche a la mañana. Esta logra ser permanente y dar soluciones en función del trabajo cotidiano y es verdad que para construirla depende mucho del acercamiento entre población y gobierno y de sus voluntades. Por eso, nosotros queremos trabajar en dos polos: en el desarrollo institucional y del movimiento social.

En mi pueblo se dice que hay que contar con dos formas de confluencias, lo que llaman la VPA (voluntad política de la autoridad) y con la VPO (voluntad del pueblo organizado). Conjuntado estos dos aspectos resulta posible hacer una gobernabilidad democrática y desarrollada. Desgraciadamente hay autoridades sin voluntad política, y en otros casos el pueblo está totalmente desorganizando y ni le interesa si el alcalde pasa por ahí anunciando cosas nuevas. Pero si se trabaja en balance con los dos elementos señalados, sin duda se obtienen resultados.

La participación de la sociedad se logra también cuando los temas son de interés para la ciudadanía. En mi experiencia, recuerdo cuando en el municipio discutíamos sobre el agua. Había quien tenía agua por dos horas y quien tenía agua para tres horas; pero en realidad todos querían agua para todo el día. Así que el tema le interesaba a toda la población, se organizaba la discusión y con la participación, la gente aprende y se integra y finalmente, los problemas se solucionan.

Evidentemente la participación puede ser también delegada y transmitida previa consulta con sus organizaciones, ya que a veces es necesario apoyarse en mecanismos de participación, pues no se puede estar de reunión en reunión, sería una locura. Hay formas de organizarla pero hay que crear y recrear los mecanismos.

Aunque los temas básicos como los servicios serán siempre los más importantes y los temas de atención urgente, a medida que las ciudades se desarrollan creamos participación en otros aspectos que no necesariamente son los básicos. Por ejemplo, en este momento en nuestros municipios podemos decir que estamos haciendo el trabajo del gobierno central, ya que nosotros tenemos escuelas y centros municipales de servicios de salud que no deberíamos tener si funcionara eficientemente el gobierno central.

Nosotros debemos pensar en escuelas diferentes, porque nuestra zona es una región quechua, donde se habla en la lengua quechua y el gobierno central no tiene programas para escuelas quechuas, entonces tenemos que dar una alternativa a nuestra comunidad en el aspecto educativo. Es el caso, también, de la salud y de la seguridad pública en donde estamos interviniendo cuando antes no lo hacíamos.

¿Cómo cree usted que la cooperación descentralizada y el dialogo biregional UE-AL contribuyen a resolver estos desafíos?

Los recursos que tenemos en nuestros países están en proceso de crecimiento y no son los recursos que tienen en Europa, por lo que creo que la cooperación internacional juega un rol importante en el desarrollo local y en el desarrollo de los pueblos latinoamericanos. Es importante para que los gobiernos locales, desde las comunidades, podamos abrir este diálogo y esa descentralización.

Creo que el diálogo esta abierto, pero se tiene que fortalecer porque si bien existen vínculos y canales de intercambio en curso, necesitamos mecanismos para hacer más efectiva esta vinculación y esta forma de cooperación.

En términos de los retos que planteaba en materia de cohesión social, los problemas de los gobiernos locales y las soluciones que vamos descubriendo para resolverlas, no necesariamente han sido apoyadas por los gobiernos nacionales, estas experiencias muchas veces han encontrado resistencia y barreras. Las alternativas, su viabilidad y el fortalecimiento de ellas, muchas veces se han mantenido gracias al apoyo de la cooperación internacional y gracias a que hemos conocido la cooperación descentralizada.

Para nosotros es importante entablar nuevos lazos, y creo que Europa tiene un nuevo reto a través de esta modalidad de cooperación. Nuestras experiencias son fuente para lograr consolidar estos vínculos y lazos, para poder desarrollar este trabajo conjunto.

Estos diálogos permiten posibilidades para el Perú y para toda América Latina. Ahí vamos a encontrar gobiernos de todos tipos, democráticos, antidemocráticos, dictatoriales, y esta modalidad de cooperación descentralizada permite el desarrollo, porque no sólo se trata de relaciones de apoyo sino también permite desarrollar cuestiones de carácter económico que puedan dar frutos de otra naturaleza. Es cierto que nos vamos a enfrentar a las presiones de afuera o de los gobiernos nacionales, pero lógicamente tenemos que entrar en esta mecánica pues vivimos en un mundo de permanente relación regional y global, y ésta favorece y facilita que se desarrollen experiencias democráticas y económicas nuevas.

Por ejemplo, en torno a la transparencia, en la regulación de nuestras gestiones y en el trabajo por reestablecer esa percepción de desprestigio que se ha dado hacia los gobiernos locales, este dialogo contribuye pues ejerce una presión desde afuera.

En mi caso, le puedo decir que fue la presencia de la cooperación, en gran medida, lo que permitió dar a conocer la experiencia, ya que muchas veces hay medidas de carácter económico en los diferentes niveles de gobierno, que limitan las posibilidades de difusión de nuestros proyectos. No se tiene interés por presentar casos locales como políticas nacionales. Ha sido la incidencia de la cooperación descentralizada que nos ha permitido fortalecer y difundir las experiencias y hasta convertirlas en políticas nacionales.

El ejemplo en nuestra provincia fue que, con el apoyo de la cooperación pudimos difundir por todo el país la REMURPE, además de encontrar apoyo económico, pues con los fondos económicos de nuestro gobierno hubiera sido imposible.

Contamos con el apoyo de una sección de la cooperación suiza en materia de democracia local. Estaba dirigida a la REMURPE, no para mi municipio; con lo que hemos crecido de 100 municipalidades a 522, gracias a muchos de estos encuentros, es mucho más de lo que pensábamos. En mi propio gobierno no tuve la cooperación de nadie; fue un esfuerzo ciudadano y de autoridades.

Con recursos propios no hubiera podido venir a este encuentro por lo que quiero agradecer esta oportunidad que para mí es inédita, porque puedo encontrar alcaldes de grandes y pequeñas ciudades con las cuales podemos intercambiar aspectos de suma importancia para la democracia local y la humanidad.

 

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