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Entretien

“No se puede tener cohesión social sin justicia social”

La cooperación internacional debe estar destinada a quienes realmente lo necesiten, para ello se debe involucrar a los municipios y gobiernos locales más eficiente y seriamente.

Par Carlos Augusto Olarte

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Breve presentación del entrevistado y del contexto de su gobierno local:

El Tuma-La Dalia.

Fundación: 1920

Extensión territorial: 462 kms.²

Temperatura media: 22º y 24º C.

Clima: Bosque subtropical

Población total: 66.950 habitantes

Población urbana: 7.016 hab. (10.48 %)

Población rural: 59.934 hab. (89.52 %)

Economía predominante: Cultivo de arroz, sorgo, maíz.

El Tuma-La Dalia es un municipio relativamente joven (creado por decreto legislativo del 17 de agosto de 1989. Cuenta, como principal actividad económica, la agricultura. Ocupa un importante lugar en la producción de café del departamento de Matagalpa. De igual manera el arroz, el sorgo y el maíz son las principales plantaciones que se observan en sus tierras.

Preguntas y respuestas:

En su opinión y por orden de prioridad ¿cuáles son los tres principales desafíos de la cohesión social en su ciudad o gobierno local y porqué?

En principio, creo que uno de los grandes desafíos, si no el más grande, es tratar de conseguir una real equidad social en la población. Poder llevar inversión social para que la gente que más lo necesita pueda verse beneficiada.

La habilidad más la flexibilidad que tengamos para poder suplir las necesidades de los más necesitados es un desafío importante que tenemos en nuestras ciudades.

Todos tenemos responsabilidad social. Yo creo que no se puede tener cohesión social sin justicia social. De igual manera, la cuestión de la redistribución del ingreso es otro de nuestros grandes desafíos. Sin embargo, para que se pueda llevar a cabo, es requisito que aquellos que tienen ingresos más elevados aporten más a la sociedad. De hecho, aún si las personas más adineradas siguen aumentando sus riquezas y a su vez los pobres siguen empobreciéndose más, esta persona verá su bienestar disminuir, pues el hecho de que la pobreza aumente en su entorno, le afecta.

No obstante, estas personas que tienen más ingresos pueden ayudar y contribuir con la población necesitada, no sólo por la vía del impuesto sino por la vía de la inversión. Hay mucha gente que podría invertir mejor en el territorio y crear empleos que llevaran, a su vez, a disminuir esas diferencias en nuestra sociedad.

Por otra parte, un tercer desafío importante, es el tema de la cooperación internacional que viene de Europa y de EEUU. Es bueno que estas regiones cooperantes tengan en cuenta que los gobiernos locales son, en efecto, los ejes fundamentales del desarrollo. La cooperación que proviene de estos países amigos debe involucrar a los municipios, a los gobiernos locales de una forma más eficiente y más seria, para que estos recursos, que en definitiva son una ayuda de cada ciudadano en cada ciudad y en cada país cooperante, puedan ser direccionados al ciudadano que realmente lo necesita.

Digo esto porque es el gobierno local el que tiene un punto de vista más aterrizado y más cercano de lo que la comunidad necesita. Son los que están más cerca de los individuos y que por ende, saben a ciencia cierta cuáles son las necesidades que sus habitantes tienen.

Hay otra cosa que tenemos que fortalecer. Me refiero a la organización social, a la organización de la comunidad y de los individuos en particular, y cómo esta interactúa como gobierno a nivel local. Esto tiene que ver con las políticas nacionales, en la medida que estas vayan más de la mano con las necesidades de la población serían de mayor ayuda.

En América Latina hay mucha iniciativa de organización comunitaria que podría ayudar a una articulación de las comunidades para llevar el desarrollo a una localidad. Ni las regiones, ni los países pueden desarrollarse si los municipios y las comunidades no están bien organizados.

En un país pueden presentarse de forma agregada, índices de desarrollo macroeconómicos que pueden ser catalogados como satisfactorios. Sin embargo estos índices hay que tratar de verlos con más atención y de una forma sectorial y regional para ver si no están “inflados” y si reflejan realmente el bienestar de las diferentes regiones que hacen parte de un país.

¿Es decir que para usted las políticas nacionales no son lo suficientemente aterrizadas con respecto a las necesidades de la población y, por ende este es un desafío importante que se presenta en su localidad?

Así es. Además, para que estas políticas sean más aterrizadas se necesita la participación de los ciudadanos y esta se puede obtener de forma más activa si se organizan de una mejor manera.

Se deben dar herramientas a los gobiernos locales para que las políticas nacionales sean más acordes con lo que la gente requiere. Por eso también hice anteriormente referencia a la cooperación internacional, pues esta cooperación hace parte del marco de las políticas nacionales. Lo que la comunidad internacional debe hacer es tratar de certificar que esta cooperación vaya dirigida en la dirección correcta. Para esto, los países cooperantes deben incluir a los gobiernos locales.

Creo que la mayor parte de la ayuda proveniente de la comunidad internacional debería pasar por los gobiernos locales, pues tiene como destino, las comunidades, los municipios. Esto cambiaria bastante las políticas nacionales en pro de una descentralización más acertada, porque se verían los frutos de las políticas locales y el gobierno nacional podrían tomar ejemplo de estas políticas.

Otro desafío sería la fiscalización. No puede haber recursos sin una verdadera fiscalización participativa. Con esto quiero referirme a una fiscalización desde la comunidad, no sólo se trata de buscar recursos y tratar de invertir en lo que se presente. Se trata de buscar recursos y que estos recursos sean fiscalizados por los individuos que deben, en teoría, beneficiarse de ellos. Es una gran rendición de cuentas. La eficiencia la puede y la debe medir la población a través de una verdadera auditoria social.

Aunque está bien que se fiscalice a nivel central, es bueno que la población, que es la que te condena si inviertes de manera equivocada los recursos, participe en la evaluación de la inversión de estos recursos. El sistema debería incluir una fiscalización por parte de la población y de esta forma tener en cuenta sus planteamientos para que haya una verdadera cohesión social. Se trata de una buena coordinación entre la fiscalización estatal, del gobierno central, y local; pero más que local, social. La fiscalización debe venir de los beneficiarios y del gobierno. El seguimiento debe provenir de todos los sectores.

¿Cómo considera usted que la cooperación descentralizada y el dialogo América Latina Unión Europea, puede contribuir a resolver estos desafíos?

La Unión Europea ha venido trabajando, últimamente, con los gobiernos locales, eso esta muy bien desde mi punto de vista, pero todavía no es suficiente. Me parece, como lo dije anteriormente, que la cooperación debe ser aún más territorializada y descentralizada. Debe invertirse más en el territorio y se deben tener en cuenta las asociaciones y organizaciones.

Los mismos europeos saben que el desarrollo que han obtenido ha sido porque han invertido en sus municipios directamente; porque han descentralizado sus políticas. En América Latina ha sido todo lo contrario, ha habido una excesiva centralización. Si en Europa funcionó y puede aplicarse este modelo en América Latina entonces ¿por qué no aplicarlo y por qué no comenzar a hacerlo mediante esta cooperación? Me parece que esto funcionaría hasta de una mejor manera que en Europa.

Lógicamente no sólo una cooperación desde el punto de vista monetario sino también técnica, académica, cultural o de cualquier otro tipo.

¿Qué espera usted de este foro y sobre todo de la organización que se esta conformando y confirmando en este foro?

En principio, que seamos incluidos en una agenda internacional donde todos los gobiernos nos tomen verdaderamente en cuenta. Creo que esto es posible porque los países Europeos ya lo están haciendo. Los países que estamos en desarrollo giramos en torno a la centralización y está demostrado que esa no es la solución. Se necesita una mayor inclusión de estos gobiernos porque si estamos hablando de cohesión social, ¿por qué no hablar entonces, de inclusión en una agenda internacional de los gobiernos locales? Creo que esa puede ser la solución.

La Unión Europea y América Latina poseen culturas y sociedades distintas, en consecuencia, tienen diferentes problemas en cuanto a la cohesión social; desde su punto de vista, ¿cómo podrían aportar los países latinoamericanos a los problemas de cohesión social en Europa?

Los problemas que se presentan a nivel de cohesión social en Europa, en cierta medida también son nuestros problemas, pues bien es sabido que estos se presentan por parte de la población inmigrante.

Siendo los latinos una población inmigrante creciente en Europa, estos problemas también pueden ser nuestros por lo que debieran hacerse políticas más justas de cooperación y de intercambio. Europa debería involucrarse con la formación de la mano de obra en nuestras regiones para, precisamente, evitar estos flujos migratorios.

Al involucrarse un poco más en este aspecto, se puede evitar la migración y todos podríamos vernos beneficiados. Yo creo que el tener herramientas que formen a los individuos en nuestros países y evite que estos emigren hacia Europa podría ser aún más interesante para la misma Unión Europea y para nosotros. Todos nos veríamos beneficiados.

 

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