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Analyse

Amazonia del ecuador: cultura, ambiente y conservación

Experiencias de conservación del ambiente y la cultura Secoya, una minoría étnica del Ecuador

Par Stella de la Torre

28 avril 2008

En un esfuerzo por conservar el ambiente y la cultura Secoya, una minoría étnica de la Amazonía ecuatoriana, hemos desarrollado un programa integral de investigación participativa en temas biológicos y sociales, educación a varios niveles, y desarrollo de alternativas de producción sustentable en los ecosistemas tropicales que forman parte de las tierras Secoya. Este artículo presenta algunos de los principales resultados de este programa en el que participan activamente los Secoya, apoyados por técnicos de Fundación VIHOMA y la USFQ, para revalorizar los conocimientos e interacciones tradicionales de esta cultura con los bosques en los que evolucionó.

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“Los Sieco pai, la gente de colores, nacimos hace mucho tiempo, cuando Paina les sacó las colas a los îkomo pai, la gente que vive abajo de la tierra; de las colas salieron los monos que están en nuestros bosques. Así dicen los abuelos, pero nadie los oye; nuestros hijos ya no saben de dónde vinimos…. ”.

Con estas palabras, Alfredo Payaguaje, un etnobotánico Secoya, nos adentró hace algunos años en el mundo de las culturas amazónicas y de sus problemas ambientales y sociales; estas palabras fueron el motor que nos llevó a buscar soluciones a estos problemas. En este artículo quiero resumir mis experiencias y las de mi equipo de trabajo en esta aventura de vida, con la esperanza de que sirvan, no como respuestas si no, talvez, como pequeñas pistas para, entre todos, encontrar el camino hacia el desarrollo sustentable.

En nuestras investigaciones sobre la ecología de los bosques amazónicos, conocimos a los Sieco pai, o Secoya, hace 15 años. Nuestros primeros encuentros fueron memorables por la calidez y bondad con las que fuimos tratados y por la sabiduría que encontramos en los abuelos con quienes trabajamos. Sus conocimientos eran el resultado de la adaptación milenaria de los Secoya a los ecosistemas tropicales en los cuales evolucionaron como cultura. El pueblo Secoya es parte de la familia lingüística Tucano Occidental, un grupo humano asentado en el Alto Amazonas en Colombia, Ecuador y Perú. En Ecuador, este grupo habitó el territorio comprendido entre los ríos Napo y Aguarico y se dice que fue numeroso. En la actualidad, sin embargo, los Secoya son una minoría de apenas 1000 personas, la mitad de las cuales vive en el nororiente del Ecuador. Ya en esa época, con el mundo occidental adentrándose en el desconocido y mítico “oriente” nos dimos cuenta de que esta cultura estaba en serio peligro de desaparecer y, con ella, una forma especial y diferente de entender el mundo.

Con el tiempo, muchas de nuestras predicciones se convirtieron en tristes realidades. De las aproximadamente 40 000 ha que constituyen las tierras Secoya en el Ecuador, la mayoría ha sido alterada por actividades humanas. Estas tierras están rodeadas de vías y campos petroleros, cuya actividad ha contaminado los ríos y ha facilitado el ingreso de colonos y madereros, y por un complejo industrial, con alrededor de 15 000 ha de palma africana, que reemplazó la diversidad del bosque por un monocultivo y que contamina los ríos de la zona con plaguicidas, detergentes y fertilizantes. Sumados a estos factores externos, están el continuo crecimiento de la población Secoya y su inserción en los modelos occidentales de consumo. La tecnología a la cual han tenido acceso los Secoya no ha traído consigo una mejora significativa en su calidad de vida pues los conceptos “modernos” de desarrollo no se han basado en el uso sustentable de los recursos. Los Secoya disponen de maquinaria que facilita sus quehaceres pero que también contribuye a un deterioro del ambiente en forma acelerada.

En los últimos años, la explotación maderera se incrementó dramáticamente; los grandes árboles fueron cortados para ser vendidos en las orillas del río Aguarico a precios irrisorios, la presión de cacería también aumentó, y el bosque fue transformado en tierras agrícolas y en pastizales para ganado. Con la alteración y destrucción de los ambientes naturales, la cultura Secoya también ha sido destruida.

Hemos sido testigos de estos cambios y problemas; preocupados al principio, angustiados después. Sabíamos que no había soluciones únicas y universales, pero sabíamos también que esto no debía ser un pretexto para no actuar. Nos dimos cuenta de que los factores que afectaban al ambiente y a la cultura eran, directa o indirectamente, resultado de las percepciones, valores y comportamientos de los individuos y que estos solo podían ser cambiados a través de la educación. Decidimos así, educar a las nuevas generaciones para motivarlas a usar los recursos de una manera racional y a mantener la relación ancestral que los Secoya tenían con los bosques amazónicos. Nos embarcamos entonces en una búsqueda del camino hacia el desarrollo sustentable, un camino que hemos ido construyendo paso a paso gracias al esfuerzo de un grupo cada vez más grande de Secoya, hombres y mujeres de todas las edades, que han visto la importancia y necesidad de encontrar nuevas formas de producción e ingresos que no atenten contra sus bosques y su cultura y que, por el contrario, los refuercen y protejan.

Nuestros esfuerzos se han centrado en crear una base sólida de gente Secoya con conciencia ambiental y social, capacitada para desarrollar diversas actividades de producción sustentable que les permitan satisfacer sus necesidades y mantener su cultura ancestral mediante la conservación y uso racional de los ecosistemas tropicales donde esta cultura evolucionó. Estamos creando esta base mediante programas de investigación participativa aplicada a la conservación, de educación ambiental y de capacitación práctica en alternativas de producción.

La investigación participativa sobre las plantas y animales de las tierras Secoya busca destacar su valor e importancia en la forma de vida de esta cultura y, consecuentemente, en la revalorización que aspiramos lograr en la juventud Secoya. Nuestro equipo de investigación está formado por un creciente número de de jóvenes, adultos y ancianos Secoya capacitados como parabiólogos en talleres teórico prácticos. Los resultados de nuestros primeros estudios fueron presentados en los libros “Al inicio del sendero, estudios de etnobotánica Secoya” y “Caminando en el sendero, hacia la conservación del ambiente y la cultura Secoya” publicados en el 2005 y 2007, respectivamente, y distribuidos entre todos los miembros de la nacionalidad.

Un importante componente de nuestra investigación ha sido el rescate de los conocimientos etnobotánicos Secoya; nuestros resultados evidencian que son la nacionalidad que registra el mayor número de especies de plantas útiles (760 especies) en la Amazonía ecuatoriana; estos amplios conocimientos son la base para programas de manejo florístico en el área. En otros estudios, determinamos que la diversidad de mamíferos y aves grandes está siendo afectada directamente por la cacería local; estos resultados aportaron con información objetiva que ahora le sirve al pueblo Secoya para implementar regulaciones adecuadas de esta actividad en sus tierras.

Los temas de investigación biológica son inagotables, algo lógico si pensamos en la increíble diversidad de los bosques tropicales donde la cultura Secoya evolucionó. Estamos trabajando ahora en describir los patrones de distribución y fenología de las especies de plantas útiles con fines de manejo, hemos desarrollado métodos para evaluar el impacto humano sobre el estado de las poblaciones de las 10 especies primates que habitan en el sector, estamos recopilando el conocimiento que existe sobre los requerimientos ecológicos de las especies de peces útiles con fines de manejo y evaluando el potencial de algunas especies de plantas para recuperación de paisajes y bioremediación. Hemos también desarrollado algunas líneas de investigación social basadas en el rescate de las tradiciones y conocimientos que tienen los abuelos Secoya sobre las interacciones entre los seres humanos y su ambiente. Todas estas investigaciones tienen una participación activa de los parabiólogos Secoya, no solo en la fase de campo si no también en el análisis e interpretación de los resultados. Creemos firmemente en que esta participación ha permitido que los Secoya adquieran una nueva forma de entender su entorno y puedan asumir actitudes y acciones que se reflejen en un mayor nivel de conciencia sobre su riqueza cultural y biológica.

La sensibilización y educación ambiental están presentes en todos los componentes de nuestro programa, tanto como un eje transversal en los cursos de capacitación que realizamos y que buscan reforzar la habilidad de los Secoya para relacionarse con el mundo occidental, reduciendo su vulnerabilidad como cultura, cuanto como una temática concreta que estamos empezando a integrar en el currículum de las escuelas y colegios de esta nacionalidad. La recuperación y difusión de los conocimientos tradicionales entre las generaciones más jóvenes, la investigación y los programas de arte y conservación que hemos desarrollado son fundamentales para lograr la revalorización de los recursos naturales y la biodiversidad de esta región. Sabemos que todo proceso educativo es lento y que requiere de una evaluación y un cambio permanente para asegurar su efectividad, y estamos trabajando en ello.

El desarrollo sustentable se basa tanto en la educación cuanto en la adopción crítica de nuevos modelos de producción compatibles con el ambiente y la cultura que reemplacen a los actuales, caracterizados por la explotación irracional de los recursos. En este contexto, por iniciativa de los Secoya sentamos las bases para estructurar un programa de turismo comunitario que sirva no solo como fuente de ingresos si no como una herramienta para conocer y valorar esta cultura. Los Secoya tienen ahora con una dirigencia que se ha preparado y está asumiendo apropiadamente sus responsabilidades, un grupo de guías que progresivamente se afirman en el cumplimiento de su papel, equipos e infraestructura básica para desarrollar esta actividad, material promocional y compromisos con operadoras de turismo interesadas en el programa. Ellos ven al turismo comunitario como una alternativa que a mediano plazo puede dinamizar la actividad económica del sector y generar los ingresos que les permitan vivir dignamente y en armonía con la naturaleza, pero no la ven como la única vía hacia el desarrollo. Actualmente estamos analizando y probando otras formas de producción sustentable basadas en el manejo de peces nativos y de aves de corral, su adopción dependerá de los resultados de las experiencias piloto. La búsqueda de nuevos modelos de producción es permanente y tiene en la investigación participativa y la educación un apoyo invaluable.

Esto es, en pocas palabras, lo que hemos hecho hasta ahora. Estamos concientes de nuestras limitaciones y de lo mucho que nos queda por hacer, pero estamos decididos a dar todo nuestro esfuerzo, continua y permanentemente. Todavía debemos trabajar para que las alternativas de producción sustentable que proponemos sean una opción real para toda la nacionalidad Secoya. El trabajo que nos queda por hacer no está solamente en el campo del mercadeo, la promoción o la investigación pura. La revolución de las conciencias que soñamos con lograr, debe asentarse en el pasado, en los valiosos conocimientos que la cultura Secoya desarrolló a lo largo de su evolución en los ecosistemas tropicales, y proyectarse al futuro, con el aporte de las nuevas generaciones y de los conocimientos que ahora generamos.

No conocemos el camino hacia el desarrollo sustentable; creemos que no hay un solo camino, esperamos que sean varios. Serán diferentes las actividades, las estrategias, los resultados, pero en el fondo todos se basan en la necesidad de entender, mediante la educación, que los recursos del planeta no son inagotables y que éstos no fueron creados exclusivamente para el uso y goce de la humanidad. El respeto por la vida, por todas las formas de vida en el planeta, es un derecho inalienable al que estamos obligados si pretendemos mantener y mejorar la calidad de nuestra propia vida en el futuro.

Agradecimientos

Quiero agradecer a toda la nacionalidad Secoya por permitirme ser parte de este esfuerzo de conservación ambiental y cultural y a Pablo, mi esposo, por su solidaridad, entrega y motivación. Nuestro trabajo ha recibido el apoyo del EcoFondo/FAN, del proyecto CAIMAN/USAID y del Ministerio del Ambiente del Ecuador.

Bibliografía y enlaces de internet:

de la Torre, S., de la Torre, L., Oña, A. 2002. Zonificación de las cabeceras del río Aguas Negras en la RPF Cuyabeno, Ecuador, para su uso y manejo por el pueblo Secoya. Memorias del Congreso de Biodiversidad de los Andes y la Amazonía. INKA. Cusco, Perú

de la Torre, S., Yépez, P. (eds). 2007. Caminando en el sendero, hacia la conservación del ambiente y la cultura Secoya. Fundación VIHOMA. Quito.

Yépez, P., de la Torre, S., Cerón, C., Palacios, W. (ed.) 2005. Al Inicio del sendero. Estudios Etnobotánicos Secoya. Ed. Arboleda. Quito.

www.secoyas.com

 

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