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Entretien

Salvaguardando los árboles del estado mexicano de Morelos

Entrevista a Flora Guerrero sobre su lucha contra la depredación del medio ambiente morelense

Personne interviewée : Flora Guerrero

Par Marcos Almada Rivero

17 octobre 2007

Table des matières

Activista de gran renombre en el estado de Morelos, México donde ha conseguido movilizar a gran parte de la ciudadanía ante la destrucción del medio ambiente. Es dirigente de una organización llamada “Guardianes de los árboles”. También actúa como educadora y artista, pero siempre dentro de la temática medioambiental. Correo electrónico: madretierra7@gmail.com

 

El estado de Morelos se localiza en el centro de la República Mexicana, colinda al norte con el Distrito Federal y desde tiempos remotos ha sido considerado como un sitio privilegiado por su benévolo clima y su abundante vegetación. Desde hace más de veinte años, una gran cantidad de capitalinos de clase media-alta ha cambiado su residencia a esta entidad. También existen muchos inmuebles destinados para el veraneo y el fin de semana. Este gran crecimiento no se ha dado de forma organizada y esto ha provocado el origen de múltiples roces entre la sociedad y el gobierno. Por abundantes que parezcan los recursos naturales de Morelos, la sobre explotación está mermando gran parte de su riqueza tanto natural como cultural.

Cuernavaca, la capital de Morelos cuenta con graves problemas ecológicos ya que sus ocho barrancas se encuentran invadidas por asentamientos urbanos ilegales y están contaminadas por las descargas de aguas negras. El Texcal, zona de conservación y captación de agua contigua a Cuernavaca, está siendo invadida rápidamente por la mancha urbana. Morelos ha vivido además una grave crisis al no contar con un relleno sanitario y actualmente ha tenido que depositar su basura en el vecino Estado de México a un costo monetario grandísimo. Se construyen gasolineras sobre mantos freáticos a pesar de los alegatos de científicos y ambientalistas. En el poblado de Xoxocotla actualmente una empresa nacional planea construir un complejo monumental de residencias de fin de semana, para lo que han solicitado la perforación de uno de los manantiales utilizado por los campesinos indígenas de la región. Estos son algunos de muchos otros casos que demuestran la mala gestión gubernamental de los recursos naturales y el por qué de la necesidad de la participación ciudadana en defensa de estos.

Por otra parte, el antiguo régimen del Gobernador Sergio Estrada Cajigal (2000-2006) se caracterizó por utilizar en varias ocasiones la fuerza pública en contra de ambientalistas y luchadores sociales; Flora Guerrero es una de estos ambientalistas.

¿Qué función desempeña tu organización civil « Guardianes de los Árboles »?

Nuestra organización nació hace once años por la necesidad de proteger los árboles de Cuernavaca que han sido severamente podados o talados, como también muchas áreas verdes que han ido desapareciendo al ser devastadas por el apogeo de construcciones de mega tiendas, plazas comerciales y gasolineras. El área de acción de Guardianes de los Árboles, con el tiempo, y nuevamente por necesidad, se ha ido ampliando, de tal manera que, actualmente dentro de nuestro proyecto de trabajo contemplamos la defensa y conservación de los bosques, selvas y barrancas, como también ríos y manantiales. Nuestro trabajo está estrechamente vinculado con las comunidades indígenas, quienes actualmente están jugando un papel preponderante en la defensa y conservación de los recursos naturales de Morelos. Nuestra organización tiene como prioridad el rescate y la conservación de las áreas naturales protegidas de Morelos, las cuales están siendo gravemente afectadas por el crecimiento descontrolado de la mancha urbana y la tala ilegal.

¿Cómo defines tu profesión o tu actividad?

Mi actividad como ambientalista activa, la defino como algo muy especial y apasionado. Hay momentos de victoria y alegría por haber salvado un árbol, un río, una barranca, hay otros momentos de tristeza e impotencia ante la sin razón y la arrogancia del progreso mal aplicado que destruye implacablemente la naturaleza de nuestro planeta. Es una actividad hermosa, pero a la vez estresante, porque los ambientalistas existimos a causa de la destrucción del medio ambiente, lo cual no debería de ser así.

¿Cómo fue tu primer acercamiento con el gobierno?

Mi labor como ambientalista (ya que en el transcurso de mi vida he participado en otros movimientos sociales, en áreas como derechos humanos, comunidades indígenas, etc.) comenzó hace aproximadamente 17 años, cuando los árboles de la plaza del centro de Cuernavaca iban a ser talados, para en su lugar, colocar una plancha de concreto. La relación con el gobierno fue muy tensa, ya que nos vimos obligados los ambientalistas (aún no existía Guardianes de los Árboles) a tener que atarnos a los árboles para impedir que fueran derribados. Logramos salvar los árboles, pero a costa de mucho desgaste y tensión, ya que el gobierno se mantuvo en todo momento en una actitud de cerrazón.

¿Por qué ha sido necesario que la sociedad civil en México en muchos casos tome en sus manos la conservación de la naturaleza?

Primero, porque considero que de alguna manera todos somos responsables, en menor o mayor medida de la destrucción de la naturaleza, no obstante, son los gobiernos los principales responsables de conservar los recursos naturales. Segundo, ha sido necesario que la sociedad civil intervenga en defensa y conservación de la naturaleza -en muchos casos, a través de movimientos sociales- por la falta de una respuesta y alternativas gubernamentales que realmente se interesen y lleven a la práctica real, proyectos sustentables que reviertan la destrucción de los recursos naturales.

¿Actualmente, qué papel juegan los organismos no gubernamentales en la conservación de la naturaleza de México?

Las ONGs juegan un papel muy importante, porque son quienes presionan a las autoridades para que los recursos naturales sean conservados, ante muchos casos de negligencias de éstas. También, las ONGs, tienen un rol importante en cuanto a la generación y aplicación de alternativas de proyectos sustentables, que son impulsadas en diversos escenarios de la sociedad en la búsqueda de una mejor calidad de vida.

¿Crees que exista un vacío legal en cuanto a la conservación de la naturaleza en México y en Morelos?

Actualmente existen en México y Morelos leyes ambientales importantes que permiten la protección de los recursos naturales, especialmente las Áreas Naturales protegidas (ANPs). Sin embargo, estas leyes son cotidianamente violadas, por ejemplo, las autoridades estatales y municipales permiten el desarrollo urbano en ANPs, cuando la ley no lo permite. El vació legal se genera cuando las autoridades no cumplen y no hacen cumplir las leyes en materia ambiental.

¿Para ti, cuál es la mejor arma contra la corrupción?

La presión ciudadana, la cual puede llegar a tener una enorme carga moral, al grado de lograr la renuncia de un gobernador, como fue el caso de ex gobernador Carrillo Olea (acusado de fomentar la violencia y el crimen durante su mandato).

¿Cuál fue tu participación en el “Frente Cívico Pro Defensa del Casino de la Selva” (FCPDCS)?

Participé como integrante de Guardianes de los Árboles en defensa de los cerca de mil árboles que se encontraban en este bosque urbano del ex Hotel Casino de la Selva, que finalmente fue destruido para la construcción de las megatiendas de autoservicio como COSTCO y MEGA Comercial Mexicana. Formé parte de la dirigencia del Frente Cívico, de la Comisión política y ejecutiva.

¿Qué era lo que ustedes buscaban?

Que el ex Hotel Casino de la Selva se conservara para la creación de un centro cultural. Ya que el ahora destruido Casino de la Selva contenía acervos culturales, históricos y ambientales de gran importancia para los morelenses. Esta riqueza consistía en murales pintados por reconocidos artistas, esculturas y obras arquitectónicas; vestigios prehispánicos y cientos de árboles que formaban el área verde más importante del centro de la ciudad de Cuernavaca.

¿Cuál fue el trato que obtuvieron por parte del gobierno?

Nuestra propuesta al gobierno no fue escuchada, ya que éste tenía pactado un compromiso con las empresas COSTCO y Mega Comercial Mexicana. El 21 de agosto de 2002 cuando realizábamos una marcha pacífica, fuimos reprimidos por la fuerza pública y 28 integrantes del FCPDCS, fuimos golpeados y encarcelados durante una semana en el penal de Atlacholoaya, acusados de graves delitos que nunca cometimos. Fuimos tratados por el gobierno como delincuentes, cuando lo único que buscábamos era un bienestar para nuestra ciudad y sus habitantes.

¿Qué faltó para poder lograr un diálogo adecuado entre las partes?

Considero que la ciudadanía organizada, en este caso el FCPDCS, hizo todo lo posible por convencer al gobierno de no destruir el ex Hotel Casino de la Selva, buscando siempre el diálogo y la concertación, sin embargo, esto no se logró. Faltó voluntad política y honestidad por parte del gobierno.

¿Este evento cambió tu forma de acercarte al gobierno?

Sí. Definitivamente cambió nuestra estrategia de acercamiento al gobierno. A partir de este movimiento, los ambientalistas contamos ahora con mucho más experiencia. Somos más maduros y cautelosos.

¿Consideras que este movimiento fue una derrota?

En cuanto a la pérdida física del lugar; los cientos de árboles centenarios, los murales, los vestigios arqueológicos, sin lugar a duda, considero que ha sido una gran pérdida, y en este sentido una derrota. No obstante, gracias a este movimiento ciudadano que abarcó diferentes capas sociales, como intelectuales, ambientalistas, jóvenes, amas de casa, maestros, profesionales, marcó el precedente que abrió el camino para dar paso al actual movimiento en defensa del medio ambiente en Morelos, que incluye ahora, a las comunidades indígenas. Este movimiento creó conciencia a una importante cantidad de ciudadanos que actualmente se manifiestan ante los diversos atentados al medio ambiente en Morelos.

Posteriormente, participaste en otros movimientos ciudadanos como el que se libró en contra de la autopista norponiente y el movimiento en contra de la destrucción de la barranca de los sauces. ¿Qué papel tuviste en esto?

Mi papel fue el de coordinar el equipo integrado por Guardianes de los Árboles, Greenpeace, investigadores del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Autónoma de México (CRIM-UNAM), de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) y de la Academia Morelense de Derechos Humanos, en alianza con comuneros de los bosques del norponiente de Cuernavaca. Respecto a la barranca de los sauces, Guardianes de los Árboles fue solicitado por vecinos de la barranca para evitar que ésta fuera destruida para la realización de una vialidad. Junto con los vecinos tomamos este caso y dirigimos la defensa del la barranca con el apoyo de investigadores y una gran diversidad de ONGs sociales.

¿En qué consistían dichos proyectos (autopista norponiente y barranca de los sauces) y cuales fueron los argumentos para oponerse a su realización?

La carretera norponiente de la ciudad de Cuernavaca, consiste en la construcción de una autopista que cruzaría por una porción sur del Corredor Biológico Chichinautzin y por parte de los últimos bosques del municipio de Cuernavaca, los mejores conservados de Morelos. También destruiría grandes porciones de un bosque de niebla, el ecosistema más amenazado del país. La construcción de puentes y túneles afectaría los mantos freáticos, los cuales abastecen de agua a Cuernavaca, impactaría la vida silvestre, poniendo en gran riesgo a varias especies que ya se encuentran en peligro de extinción. De construirse esta autopista, a lo largo de ella se desarrollarían grandes proyectos urbanos que pondrían en gravísimo riesgo estos ecosistemas boscosos.

La barranca de Los Sauces está ubicada dentro de la mancha urbana de la ciudad de Cuernavaca, tiene una longitud de un kilómetro y aún cuando está contaminada por las descargas de aguas residuales, esta barranca proporciona un servicio ambiental como el resto de las barrancas de Cuernavaca. Estos ecosistemas generan el clima privilegiado de esta ciudad llamada de “La Eterna primavera”, contienen especies de flora y fauna nativas. El gobierno del estado, quiso construir una vialidad a todo lo largo de la barranca, literalmente sustituyéndola por varias toneladas de concreto.

¿Cuál fue el desenlace de cada uno de estos proyectos?

En el caso de la autopista norponiente, entre las comunidades, investigadores y ambientalistas, hemos logrado detener el proyecto carretero, Actualmente gestionamos un proyecto de decreto de conservación de los bosques y barrancas de Cuernavaca con el objetivo de evitar su destrucción por este tipo de proyectos carreteros.

Sin embargo, está anunciado por el gobierno estatal que esta autopista empezará a construirse a principios del 2008, por lo que estamos reorganizándonos.

En el caso de la barranca de los sauces, afortunadamente logramos ganar la batalla impidiendo su destrucción. Conseguimos también que la barranca quedara catalogada dentro del Programa de Ordenamiento Ecológico como área de conservación. Actualmente, el Dr. Raúl García Barrios, del CRIM-UNAM, encabeza un proyecto de restauración ambiental allí.

¿Qué diferencias hubo entre estos movimientos y el movimiento del Casino de la Selva?

La diferencia consiste en que, en estos casos ya contábamos con más experiencia organizativa, y sobre todo, con un equipo de investigadores expertos en tema ambiental y abogados en derecho ambiental.

¿Qué rol jugó el Sub comandante Marcos ante la represión que sufrieron en el movimiento en defensa de la barranca de los sauces?

Realmente fue un milagro caído del cielo en un momento crítico. Por el mes de abril del 2006, el Sub comandante Marcos realizaba una gira de la Otra Campaña por el estado de Morelos. Yo estuve presente en una de las asambleas en presencia del Sub comandante, donde informé sobre la amenaza de desalojo por la fuerza pública de nuestro campamento ambientalista ubicado a la entrada de la barranca. El 10 de abril por la mañana, ante la llegada de varios trascabos, nos vimos obligados a encadenarnos a los árboles para evitar su paso a la barranca. Con los trascabos llegaron cerca de 500 policías, dos ambulancias, el ministerio público, funcionarios de obras públicas y medios de comunicación. Decidimos resistir, éramos cerca de 80 ambientalistas dispuestos a defender la barranca hasta las últimas consecuencias, con la estrategia Ghandiana de no violencia.

A pocos metros de que la fuerza pública llegara hasta nosotros, desde el árbol donde me encontraba encadenada, observé cómo mis compañeros se apretaban firmes unos con otros, formando una muralla humana con los brazos entrelazados para proteger la barranca. Ya en espera de los golpes, para sorpresa nuestra, la fuerza pública, los trascabos y los funcionarios del gobierno se retiraron apresuradamente. A los 5 minutos de haberse ido, llegó el Subcomandante Marcos con aproximadamente 500 integrantes de la caravana de la Otra Campaña y así evitó la represión y el desalojo de nuestro campamento ambientalista.

Este hecho fue un acto de solidaridad sin precedentes, ya que por apoyarnos, Marcos y la Otra Campaña, cancelaron el homenaje luctuoso al General Emiliano Zapata en la Ciudad de Cuautla, Morelos, el evento más importante de su gira. La Otra Campaña permaneció cerca de diez horas en nuestro campamento, el homenaje se realizó en este lugar, en el que también participó la comunidad indígena de Atenco, la cual días después fue brutalmente reprimida por el gobierno por el hecho de defender sus tierras, siendo encarcelados sus dirigentes y con ellos su líder Ignacio del Valle quien permanece en prisión.

¿Qué está ocurriendo actualmente al sur de Morelos, en Xoxocotla, una zona agrícola y mayormente indígena?

Empresas inmobiliarias están arrasando los campos de cultivo, bosques y selvas, abusando excesivamente de manantiales y mantos acuíferos con la perforación de cientos de pozos. Pero no sólo es la pérdida del agua, la tierra y los ecosistemas, sino también lo que en México se conoce como “Usos y Costumbres” de los pueblos indígenas, que van desapareciendo paulatinamente ante un concepto de desarrollo económico insaciable ajeno a estos pueblos. Pueblos acostumbrados ancestralmente al trabajo en comunidad y a los que ahora se les impone el individualismo y el consumismo exacerbado a través de un falso “progreso”.

Ante esta situación, las comunidades indígenas, conscientes de que dependen del agua para su sobrevivencia y que quieren mantener su tradición y su historia, se han organizado en el Consejo de Pueblos de Morelos por la Defensa del Agua, la Tierra y el Aire. A este importante movimiento se han integrado investigadores universitarios, ONGs sociales y ambientalistas, entre las que se encuentra Guardianes de los Árboles. Cabe señalar que se ha evitado que partidos políticos se aprovechen de este movimiento ciudadano.

¿De qué manera podrían aprovecharse los partidos políticos del Consejo de Pueblos de Morelos por la Defensa del Agua, la Tierra y el Aire?

Los partidos políticos tienen una muy escasa relación con los movimientos sociales porque no están relacionados a fondo con los pueblos y comunidades indígenas. La experiencia que tenemos los ambientalistas ha sido que, los partidos políticos, una vez generado un movimiento social, han querido aprovecharse, “montarse” en él para obtener un beneficio político que les de fuerza y presencia. Esto es inaceptable, por lo que el movimiento ambientalista y los pueblos hemos dejado en claro que nuestros movimientos son absolutamente independientes de cualquier partido político.

¿Tú cómo participas en este movimiento?

Actualmente soy coordinadora del grupo de asesores del Consejo de Pueblos. En este grupo se encuentran investigadores en diferentes especialidades como hidrólogos, geólogos, biólogos, urbanistas, abogados en derecho ambiental, especialistas en los derechos de los pueblos indígenas, que se encargan de asesorar al Consejo de Pueblos en la defensa de sus manantiales, proporcionándoles bases técnicas, científicas y legales que les sirvan de apoyo en su lucha. También participo en las diferentes actividades del Consejo que promueven la conservación de los recursos naturales.

¿Qué solución propones para el problema de degradación ambiental en Morelos?

Se podrían lograr avances significativos en este problema, si los gobiernos realmente escucharan las inquietudes y necesidades de los pueblos y de la sociedad en general. En este caso, el clamor del Consejo de los Pueblos de Morelos, es que el gobierno implemente proyectos de conservación de los recursos naturales, concretamente la protección de los manantiales, los cuales están expuestos a la sobre explotación por el crecimiento salvaje de la mancha urbana, que es impulsada precisamente por los gobiernos.

¿Conoces casos en los que el gobierno y la sociedad se pongan de acuerdo y trabajen juntos en la conservación de la naturaleza?

En Morelos, lamento mucho tener que decir que no. No lo hemos podido lograr, porque funcionarios públicos, empezando por los gobernadores en turno, han priorizado intereses personales y económicos antes que la conservación de los recursos naturales.

¿Qué acciones usa el gobierno para intimidarte y desanimarte de tus luchas?

Represión, encarcelamiento, amenazas, campañas de desprestigio, todo esto lo he vivido en carne propia, sin embargo, lejos de desanimarme o intimidarme, estas experiencias me han fortalecido para continuar en el movimiento.

¿Le temes al gobierno?

No, no le temo al gobierno. Le temo a la terrible indiferencia de millones de personas en el mundo, que se niegan abrir los ojos ante una realidad dramática como lo es el calentamiento global, la pérdida de bosques, selvas, especies animales, el destino de nuestro planeta.

Conclusión

En México, la conservación siempre está ligada a la temática social. Los recursos naturales y la tierra han sido ejes de muchos de los conflictos sociales de la historia del país. El modelo de desarrollo propuesto por los gobiernos tecnócratas difícilmente concuerda con la cosmovisión de una población rural e indígena y la negativa al diálogo evita encontrar puntos en común. La reiterada violencia que genera el gobierno, apoyada por los intereses económicos de unos cuantos es una dura zancadilla a la gobernabilidad ya que rompe el tejido social y cierra los canales de diálogo. Es inconcebible que el gobierno propicie los roses entre los distintos grupos de la sociedad cuando es éste mismo el que está encargado de fomentar el orden y el respeto. Otros grupos ciudadanos abuchean el trabajo de los ambientalistas, considerándolos retrógradas radicales y los acusan de estar en contra del progreso y desarrollo económico. Sin embargo, existen propuestas alternativas de desarrollo donde la conservación ambiental es un eje central. Existen los esquemas de “ganar-ganar”, es cuestión de encontrar soluciones concensuadas e inteligentes. Para los ecologistas, la fortaleza moral es su mejor herramienta. La participación de diversos sectores de la sociedad sin duda fortalece a un movimiento y le dan mayor sustento.

Por otra parte, es necesario que no se siga percibiendo al gobierno como un enemigo sino que éste sea participe del crecimiento integral de la sociedad. Sin embargo, mientras la corrupción y la ambición manchen los procesos y las gestiones gubernamentales, difícilmente se logrará convenir un progreso donde todos se vean beneficiados. En un mundo donde los recursos naturales se agotan día a día, las ambiciones personales y partidistas acelerarán dramáticamente la discordia entre los pueblos.

 

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