¿De dónde deriva el Estado su legitimidad y cómo se puede reforzar? Los países occidentales no tendrían reparos en responder refiriéndose a su modelo. Pero esta pregunta es mas compleja de lo que parece debido a que la legitimidad, lejos de autodeclararse, es un fenómeno empírico. Una institución pública que no responde a ciertos criterios prescritos desde fuera no obstante puede considerarse legítima, estiman los autores, siempre que aquellas sometidas a esas se consideren así. La legitimidad real del Estado reside efectivamente en una mezcla específica y variable de fuentes diversas. Depende de las creencias, las percepciones y las expectativas, (materiales y simbólicas), de las personas. Se juega en las relaciones constructivas entre Estado y sociedad, las relaciones donde la debilidad y la ineficacia son rasgos característicos de los Estados en situación de fragilidad.