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La Fuente Religiosa-Sagrada de la Legitimidad del Poder en Quispicanchi

Book : La legitimad del poder en los países andino-amazónicos

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Ponencia presentada a dos voces, entre el autor de este artículo y el líder espiritual y comunal Alejandro Quispe Rosada, en el coloquio Internacional “Proceso de Debate y Propuestas sobre la Legitimidad del Poder en la Región Andina”, Pachacamac, Lima, el 16 de febrero del 2009. Este artículo está escrito en memoria de Alejandro, quien dejó de existir el 19 de junio. Sus restos mortales yacen en el cementerio de Urcos. Su partida fue sentida por los comuneros de Muñapata y la población de Urcos. El ha muerto en su fe.

Resumen

En el Perú actual, la corrupción de los políticos es uno de los males mayores que afecta al sistema democrático del país. Es el concepto generalizado que tienen los ciudadanos, a pesar de que en épocas de elecciones los políticos prometen a la ciudadanía lucha frontal contra la corrupción que afecta a los poderes del Estado. Sin embargo, cuando los políticos, a través del voto democrático, acceden al poder, se interesan más por acrecentar su patrimonio personal o político-partidario, antes que por los intereses del pueblo que los eligió. Hecho negativo que provoca la pérdida de la legitimidad del poder, debido a la falta de moral que existe en la clase política. Este problema puede ser desterrado a partir de la experiencia de gobierno democrático que practican las comunidades campesinas de la zona sur-andina del país. En este artículo desarrollamos sucintamente conceptos sobre política, democracia, legitimidad, moral y ética. A partir de ello, abordamos la historia política en el mundo andino y su relación estrecha con la religión como fuente de legitimidad del poder en las comunidades campesinas del Valle del Vilcanota, en la región del Cusco.

El problema de la democracia en tiempos actuales

La fuente legal del poder a través del voto, utilizado en nuestro país para elegir a los gobernantes en el sistema democrático actual, se ha desgastado en las últimas décadas. Para los ciudadanos que viven en la ciudad del Cusco y los campesinos, la opinión pública acerca de los gobernantes de turno, incluso antes de que éstos sean elegidos, es la siguiente:

En este país, para ser político, es suficiente, ser temerario, corrupto y tener plata, no importa incluso si es analfabeto.

Los políticos, ven las elecciones como un gran negocio. Una vez elegidos, recuperan con creces el dinero invertido en su campaña electoral.

Si una persona sin trabajar quiere ser rico, hay que ser político.

Salir electo, es conseguirse trabajo por el período de tiempo elegido.

Los políticos, durante su campaña electoral, te saludan, te reconocen, hasta te dan un trato familiar. Una vez elegidos, si te ven en la calle, ni te saludan, ni te reconocen.

Como en el país el trabajo es escaso y si un partido político triunfa, dará trabajo solamente a sus militantes carnetizados.

Los políticos, manejan doble discurso, dicen una cosa y hacen otra cosa.

Estos son los comentarios que se escuchan en las unidades móviles que prestan servicio de transporte en la ciudad del Cusco y en las conversaciones informales que tienen los campesinos, especialmente antes y después de sus asambleas comunales. Comentarios que a la vez son reforzados, por las noticias que propalan los medios de comunicación masiva, televisión y prensa escrita de circulación local y nacional.

La corrupción es uno de los males mayores que se extiende a todos los poderes del Estado. Es increíble que un presidente, sea juzgado por actos de corrupción. O cuando al término de su periodo no puede explicar con claridad meridiana el crecimiento de su patrimonio. Cuando un congresista afiliado a un partido político, por intereses personales, se transfiere a otro partido político, y cuando la justicia en el país es para los que tienen influencias sociales o para los que tienen dinero.

Para los políticos, financiar las campañas electorales, ya sea con su propio peculio, o con dinero que les otorgan las entidades crediticias, lo ven como gasto inversión; pues si ganan las elecciones tienen la posibilidad de recuperarlo apenas en los primeros meses de su gestión, sobrevalorando las obras materiales que van a ejecutar, o recibiendo un “porcentaje de ganancia” de los proveedores de materiales de construcción.

Asimismo, los candidatos durante las campañas electorales, para conseguir el voto de los electores, les ofrecen solucionarles el problema de la falta de trabajo, cuando en realidad, ellos, son los que solucionan su falta de trabajo, o si no reparten el trabajo a los activistas carnetizados de su partido político.

Para ganar las elecciones se valen de promesas, incluso hasta llegan a firmar en libros de actas de las organizaciones de base. Una vez elegidos, se olvidan de estas promesas, perdiendo así la credibilidad por parte de la ciudadanía. Y la manera de eludir sus responsabilidades simplemente es cortando contacto con la población que los ha elegido.

Ser elegido como representante público es engrosar la fila de los nuevos ricos, por los sueldos exorbitantes que ganan y que no corresponden al trabajo que ejecutan.

Estas observaciones corroboran a la falta de moral que existe en la clase política. Si esto sucede en el ámbito nacional, nos preguntamos. ¿Qué pasa en las organizaciones de base, como en las comunidades campesinas?

Marco conceptual y teórico

Para mayor claridad en el debate, es importante empezar con algunas definiciones básicas que permiten plantear el marco conceptual del análisis.

Política, poder, legitimidad

Entendemos primero por política, el proceso social mediante el cual las personas y los partidos políticos obtienen, utilizan y pierden el poder. Éste se puede definir como una relación social en el que un actor está en la posición de imponer su voluntad a pesar de la resistencia social que pueda existir. En cuanto a la legitimidad, se refiere al grado en el que el poder es reconocido por la gente como válido y justificado. (Light. 1991: 388, 389)

Democracia

Tomemos la siguiente definición de la democracia: “Sistema social que sostiene, que el individuo, sólo por su calidad, de persona humana y sin consideración a sus cualidades de rango, status o patrimonio, debe participar en los asuntos de la comunidad y ejerciendo en ellos la dirección que proporcionalmente, le corresponde.” (Pratt.2001:86)

La práctica de la democracia, permite a las personas y a los partidos políticos, opinar, consultar, decidir, sobre asuntos de interés para el colectivo. Asimismo elegir y ser elegidos para ocupar cargos, y cumplir los roles que la sociedad les asigna. De esta manera los actores elegidos, obtienen poder. Poder que a la vez es limitado y controlado por el grupo social al que pertenecen los actores. La definición de poder que nos da Light, queda pues rebasada por este concepto que nosotros vertemos. Porque imponer su voluntad de parte del actor o actores, a pesar de existir resistencia social que puede existir, significaría abuso de poder. Asunto que no es compatible con la práctica de la democracia. Por tanto esto, afectaría la legitimidad del poder que detentan el actor o los actores elegidos por el grupo social.

Moral y ética

El término moral tiene usualmente una significación más amplia que el vocablo ética. La moral corresponde a las producciones del espíritu, mediante el cual el hombre tiene la capacidad de distinguir el bien del mal. La moral se opone comúnmente a lo inmoral o amoral. Lo inmoral o amoral se opone a todo valor y lo que es indiferente al valor. (Ferrater: 1970:288) Mientras que la ética, mayormente involucra la conducta personal.

En la práctica de la democracia, la moral como la ética, se articulan a la política y a la legitimidad del poder. Cuando los políticos obtienen el poder por medios vedados, no cumplen con los roles que les asigna la sociedad y todavía cuando hacen abuso del poder, la sociedad los considera inmorales, antiéticos. Perdiendo de esta manera paulatinamente el grado de legitimidad del poder que detentan, convirtiéndose en candidatos para ser revocados en el caso de los alcaldes, o por lo menos recibir una sanción moral de parte de la población que los ha elegido.

Según las iglesias llamadas cristianas, la moral o la ética fueron escritas por los profetas por inspiración divina, y se encuentran plasmados en los libros que ellos consideran sagrados. La moral o la ética en realidad es el conjunto de leyes que los hombres están sometidos a cumplir para vivir en armonía con el mundo sobrenatural y con la sociedad.

Los creyentes, para internalizar la moral y la ética, para el desenvolvimiento de su vida diaria, acuden a la lectura de las sagradas escrituras, interpretándolas a su modo y otras veces las aprenden, mediante la prédica de los sacerdotes, catequistas o pastores.

El libro de Mormón, por ejemplo dice:

Por conducto de Moisés, Dios dio leyes a la casa de Israel para reemplazar la ley mayor que esta no pudo cumplir (…) La ley de Moisés constaba de muchos principios, reglas, ceremonias, ritos, símbolos, que tenían como fin hacer recordar frecuentemente al pueblo de sus deberes y responsabilidades. Incluía una ley de mandamientos y de observaciones morales, éticas, religiosas, y físicas –incluso sacrificios (…) Formaban parte de la ley, así como también los Diez mandamientos y muchos otros mandamientos de elevado valor ético y moral. (El Libro de Mormón. 1992. Guía para el estudio de las Escrituras: p.122.)

Mientras tanto, en la Santa Biblia Católica, Los Diez Mandamientos de la Ley de Dios se explican de la siguiente manera:

Dios habló todas estas cosas diciendo; Yo soy Yavé, tu Dios, el que te sacó fuera de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. No tendrás otro Dios frente a mí (…) Seis días trabajarás y en ellos harás todas tus faenas (…) No tomarás el nombre de Yavé en vano (…) honra a tu padre y a tu madre (…) no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio contra tu prójimo. No desearás la casa de tu prójimo (…) ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que a él le pertenezca (…) Después dijo Yavé: Moisés: sube a la montaña y estate allí. Yo te daré unas tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para instruirlos. (La Santa Biblia. 1971. Págs. 93, 98)

Según la moral cristiana, guardar los mandamientos de Dios, para los obedientes traerá las bendiciones del Señor. Pero quien quebranta la Ley divina, será castigado sin misericordia.

Yavé tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad del padre en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen (Ibid. Pág. 93)

Por la libertad que Dios le dio al hombre, el hombre es libre de escoger el bien o el mal. Pero, para los que se arrepienten de sus pecados Dios les ofrece la posibilidad de ser redimidos. Quien guarda las leyes de Dios no tiene necesidad de infringir las leyes del país (…) Las personas deben observar la ley constitucional del país. (El libro de Mormón. Pág. 122)1

Estas son algunas de las enseñanzas morales que los campesinos del Sur Andino Peruano aprenden en las iglesias a las que pertenecen. Normas de conducta, trasuntada en la moral y la ética que practican en su vida diaria, y que les sirve de soporte al mismo tiempo para legitimar su poder cuando son elegidos como autoridad comunal a través del voto, como uno de los mecanismos del ejercicio de la democracia.2 Planteo este enunciado como hipótesis de trabajo.

Ámbito de Estudio

El ámbito de trabajo está centrado, en el Valle de Vilcanota-Urcos, en la provincia de Quispicanchi del departamento del Cusco. Las comunidades estudiadas son: Muñapata, Urcuspampa, Hatun Huaylla, Pampachulla, Mollebamba, Huanqara. Estas comunidades campesinas están ubicadas en el piso de valle del distrito de Urcos. Hoq’oran y Sullumayu son comunidades campesinas que ocupan la parte alta del valle del Vilcanota. La primera pertenece al distrito de Urcos y la segunda al distrito de Huaro.

En estas comunidades campesinas como en el resto de las comunidades de la zona sur del país, los campesinos practican diversas creencias religiosas de origen cristiano. Por la cantidad de sus adeptos se cuenta a la Iglesia católica, la Iglesia Evangélica Peruana, Testigos de Jehová, Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal y Maranatha.

El trabajo de campo, lo hemos realizado desde octubre de 1999 hasta marzo del 2001.

El estudio está centrado en el accionar político-religioso de los líderes de la religión católica. Es el caso de Alejandro Quispe y otras personas que lo acompañaron en su gestión comunal y cuando fue elegido presidente de la ronda campesina, organización social que se encarga de administrar justicia cuando existen conflictos entre comuneros o con personas ajenas a la comunidad.

Queremos aclarar que con el presente trabajo, nuestra intención no es hacer apología de religión alguna, tampoco elogiar a un determinado líder espiritual o comunal.

El mundo andino y la religión como fuente de la legitimidad del poder

Mecanismos para legitimar el poder en el mundo andino

En el mundo andino, han existido diferentes mecanismos para legitimar el poder político. Los gobernantes inkas, considerados nobles, para justificar y legitimar el poder frente a sus gobernados ordenaban a sus mitógrafos elaborar mitos que expliquen que ellos, los nobles, por ser hijos del Sol (considerado como una deidad) tenían derecho a gobernar al pueblo. (Urton. 2003: 25,32.)3

El otro mecanismo para legitimar el poder consistió en que el Estado Inka Prehispánico, a través de sus gobernantes en diferentes sitios del territorio del Tawantinsuyo, les hicieron construir casas del Sol o adoratorios en honor a esta deidad y a la luna tenida como esposa del Sol.

En el Cusco, en el solsticio de invierno, para adorar al Sol y a la Luna en la festividad del Inti Raymi los gobernantes inkas, como mecanismo de integración política-religiosa, a través de sus funcionarios, motivaban y organizaban a sus gobernados para realizar grandes peregrinaciones a lugares hierofánicos para rendir culto al Dios Sol y a la Luna4. Por ejemplo a la región del altiplano, en el lago Titicaca a las islas del Sol y de la Luna.5

Estas peregrinaciones, propiciadas por el Estado Inka, se realizaron también en la región del Cusco, a la zona de Qoyllorit’i, cerca al nevado del Awsangate, de 6,380 metros de altura.6 Considerado Apu mayor del Cusco7.

El mito: relación entre la religión y la política en el mundo andino

Para desarrollar este tema, no está demás sintetizar un mito moderno que registramos en 1989, en el sector de Chuwachuwa de la Nación Q’ero, en la provincia de Paucartambo. Mito al que lo he denominado como el Retorno de Inkarri, Siglo XXI.8

Y dice: “Cuando los españoles llegaron al Cusco, sabían leer y escribir. Inkarrí, del Cusco, por no saber leer y escribir, huyó al monte, a Paititi.9 En su huída pasó por el territorio de la Nación Q’ero. En la selva aprendió a leer y escribir. Al recordar el sufrimiento de sus hijos los q’eros, que estaban sometidos al sistema de la hacienda, Inkarri, escribió una carta al Papa Santo de Roma, para que el Papa a su vez, le escriba otra carta al presidente del Perú, General Juan Velasco Alvarado, para que aplique la Reforma Agraria.”

En este mito, la relación entre Inkarrí y el Papa es horizontal, porque ambos se encuentran en el mismo nivel. La orden para aplicar la reforma agraria viene de una instancia sagrada y va a una instancia profana que es la política.

Vale decir, Juan Velasco Alvarado, al aplicar la reforma agraria, se legitima a sí mismo en el poder político, porque cumple una orden que viene de una instancia superior. Es decir: la política se encuentra supeditada a la religión, concepto que es manejado por los campesinos de la zona del Cusco.

La legitimación del poder en el sistema de la hacienda

El antropólogo Oscar Núñez del Prado, en un estudio que hizo en 1955, en la hacienda Q’ero, reporta la siguiente organización social, que tuvieron los colonos de la hacienda Q’ero.

 

 

Estandarte: Cargo religioso realizado por muchachos de 11 a 18 años en las fiestas de la pascua.

Warmichakuy: Matrimonio con rito nativo, entre los 19 y 25 años.

Alguacil: Cargo político, se desempaña entre los 20 y los 25 años.

Qollana: Cargo agrícola, entre 25 y 30 años.

Regidor: Cargo político, entre los 30 y 35 años.

Pascua cargo: Cargo de la pascua, entre 35 y 40 años.

Casaray: Matrimonio de rito católico, entre 40 y 45 años.

Contador: De 45 años para adelante. Es nombrado por el patrón para ejercer control sobre las cosechas.

Fiscal o kapillayoq: Función religiosa de más de 45 años.

Mandón (Alcalde): Cargo de la hacienda. Es designado por el patrón.10

En esta relación de cargos, podemos clasificar la existencia de cargos: civiles, políticos y religiosos.

En el ciclo vital del hombre, el cargo público a desempeñar se inicia con el cargo de Estandarte a partir de los 11 años, hasta desempeñar el cargo de Fiscal o kapillayoq hasta los 45 años o más. El cargo de mandón, era impuesto por el hacendado. Si los colonos lo aceptaban, lo desempeñaban de mala gana, porque este cargo estaba articulado al sistema de explotación de la hacienda.

Por lo demás, los cargos a desempeñar desde el cargo de Estandarte hasta el cargo de Fiscal o kapillayoq, tal como manifiesta Núñez del Prado, se mezclan inextricablemente entre lo religioso, lo público y lo civil.

El cargo de alcalde en Q’ero, parece que se instituyó hacia 1940. El alcalde era elegido por los colonos, pero para ser reconocido como tal, era ratificado por el hacendado, de cuyas manos recibía la vara de mando, conjuntamente al alguacil y al regidor que eran designados por el alcalde. El alcalde, además de representar a los colonos formalmente ante las instancias del Estado, tenía la obligación de organizar trabajos agrícolas en beneficio del hacendado, de impartir justicia, presidir las reuniones públicas, y organizar trabajos de interés colectivos.11

En conclusión, la base y la legitimación del poder entre los colonos de la hacienda Q’ero se fundamenta paralelamente en el trabajo agrícola, en el desempeño de los cargos políticos y los cargos religiosos. Los cargos religiosos eran considerados de mayor jerarquía frente a los otros cargos. Porque para ocupar el cargo de Alcalde necesariamente el futuro alcalde debía ser hombre casado por la iglesia católica.

La organización política de las comunidades campesinas hasta fines de la década de 1960

La comunidad campesina políticamente estaba organizada de la siguiente manera:

Uña putuku12: Uno o dos niños entre 10 y 11 años

Segunda o segundo regidor: Jóvenes de 15 a 25 años

Primer regidor o teniente alcalde: De 25 a 35 años

Varayoq o Alcalde: De 50 años a más

Para que una persona pueda ser elegida como alcalde13 debía reunir los siguientes requisitos:

Haber nacido en la comunidad o ser reconocido como comunero.

Entre los 7 a 8 años de edad, haber desempeñado el cargo de “uña putuku”. Y entre los 20 y los 30 años de edad, haber ocupado el cargo de primer o segundo regidor, dentro del sistema político de Varayoq (cargo político).

Estar empadronado en la comunidad14 (Cargo civil) .

Ser casado por la iglesia católica (reconocimiento religioso).

Haber realizado fiestas religiosas, en honor del santo patrón de la comunidad (cargo religioso).

En la comunidad, la carrera política comienza desde la niñez al desempeñar cargos civiles, religiosos y políticos hasta llegar a ser alcalde (Canal. 1989: 2).

Después de haber ocupado el cargo de alcalde, siendo ya anciano, podía ser elegido por la comunidad, para ocupar el último cargo. Ser llavero o cuidante de la capilla de la comunidad. Pero, previamente debe haber realizado la fiesta de Semana Santa en la comunidad.

El alcalde y sus regidores, los días domingo y feriados, acostumbraban dirigirse de la comunidad a la capital provincial o distrital, elegantemente trajeados, tocando sus caracoles marinos (pututos) para asistir a la misa dominical. En el momento de la consagración de la Eucaristía, tocaban al unísono sus caracoles haciendo notar su presencia ante el resto de los feligreses. Una vez finalizada la misa, se dirigían a saludar a la casa del gobernador, o del subprefecto (autoridades políticas). En realidad el saludo consistía en recibir órdenes para que los comuneros designados por el mismo alcalde participen en el empedrado y limpieza de las calles de la población. A cambio de esta orden recibida, la autoridad política les invitaba una botella de licor (Ibid. 2, 3).

La elección del alcalde se hacía en asamblea comunal, teniendo en cuenta, como habíamos manifestado, los cargos religiosos, políticos y civiles que anteriormente había desempeñado. De suma importancia era que el futuro electo fuera casado por la Iglesia Católica. Si cumplía estos requisitos, y si su accionar político era aceptable, y su cargo era legitimado por la comunidad.

A fines de la década de los 60’s y comienzos de los 70’s, en la comunidad campesina se presentó una duplicidad de funciones entre dos organizaciones políticas que coexistieron paralelamente. Se trata por un lado del sistema del varayoq o alcalde, y por el otro del Consejo de Administración y Vigilancia, que estaba siendo implementado de acuerdo al Estatuto de Comunidades campesinas del Perú (Decreto Supremo Nro 37-70 A).

Ambas organizaciones se sentían ser los legítimos representantes de la comunidad. Los integrantes del sistema del varayoq consideraron ilegítimos a los integrantes de los consejos de administración y vigilancia, puesto que ellos, por ser jóvenes, no habían tenido el recorrido político, civil y religioso que ellos habían cumplido. Porque para ser elegido como integrante de ambos consejos, se requería que el comunero simplemente sea alfabeto, y mejor aún si tuviese instrucción primaria o secundaria que facilitaría la relación de la comunidad con los agentes del gobierno. Finalmente, el sistema del varaqoy o alcalde desapareció15, imponiéndose las autoridades de los consejos de administración y vigilancia, elegidas por la comunidad campesina de acuerdo a las diferentes leyes dictadas por el gobierno central.

Religión, política y legitimidad del poder en tiempos actuales en la comunidad campesina

Breve reseña autobiográfica16 de Alejandro Quispe, líder comunal y espiritual

Nació en 1950 en la comunidad campesina de Muñapata, distrito de Urcos, provincia de Quispicanchi. Estudió su primaria los tres primeros años, en la escuela de Muñapata y en la escuela de varones 761 en Urcos. La secundaria, estudió en el Colegio Nacional Mixto Mariano Santos de Urcos.

Hacia 1970 migra a la ciudad de Lima, en busca de trabajo. En Lima se dedica a la venta ambulante de fósforos. Actividad que le permitió conocer Lima “palmo a palmo”. Para cumplir su servicio militar obligatorio, ingresó a la Marina de Guerra del Perú, con sede en el Callao. Culminando dicho servicio en 1972.

Hacia 1980, regresó a su tierra natal. Durante esos años constantemente peregrinó al santuario del Señor de Qoyllorit’i17. La primera vez lo hizo fue en 1961. Existiendo en su comunidad una comparsa de danza Qhapaq ch’unchu18, bailó de Pablito19, llegando a ser después caporal mayor de más de tres mil ukukos. Años más tarde, Alejandro es elegido Presidente de la Hermandad del Santuario del Señor de Qoyllorit’i20.

Paralelamente es elegido dos veces presidente de la comunidad campesina de Muñapata. Durante su gestión comunal, él y sus compañeros del consejo directivo de la comunidad realizaron obras importantes. Instalaron un aserradero para la comunidad, implementado con un molino para cereales. Entubaron el agua de consumo doméstico con redes de distribución a la casa de los comuneros. Compraron un tractor para arar las tierras agrícolas de la comunidad. El presidente que le sucedió en el cargo, según dice Alejandro, desfalcó la comunidad yéndose a vivir él y su familia a la ciudad de Lima para nunca más volver a la comunidad.

Alejandro Quispe ha sido dos veces elegido regidor a la Municipalidad Provincial de Quispicanchi-Urcos. El primer período de 1987 a 1989 y el segundo período de 1993-1995.

En 1999, Alejandro es elegido presidente de la Central de la Ronda Campesina del Valle del Vilcanota21, cargo que ha desempeñado hasta el año 2000.

Hasta el 2009, ocupó el cargo de presidente de Regantes del valle del Vilcanota-Huaro Tercera Etapa. Que representa a más de tres mil familias campesinas. Se considera agricultor y comerciante. Tiene instalado aserradero y se dedica a la tala de árboles de eucalipto. La comunidad de Muñapata lo considera un político exitoso.

La política en la comunidad campesina de Muñapata

De la autobiografía de Alejandro Quispe podemos manifestar lo siguiente.

Alejandro al terminar de estudiar su secundaria y al no encontrar oportunidades de trabajo en la comunidad de Muñapata, había decidido migrar a la ciudad de Lima, considerada como polo de desarrollo. No pudiendo conseguir trabajo, se dedicó a la venta ambulante de fósforos y después hizo su servicio militar en la Marina de Guerra del Perú, oportunidades en las que adquirió experiencia de la vida, que le sirvió posteriormente, para convertirse en líder político y religioso de su comunidad.

Su inclinación a la religión se asoma por peregrinar continuamente al santuario del Señor de Qoyllorit’i, donde posiblemente internalizó la moral predicada por la religión católica, expresada en el respeto al prójimo, el trabajo, la honradez, la solidaridad y el servicio social que debía prestar a los campesinos pobres, que se sienten en ayuno y abstinencia del poder político y económico.

En este transcurrir de su vida, Alejandro es elegido caporal mayor de más de tres mil ukukos, y luego es elegido Presidente de la Hermandad del Santuario del Señor de Qoyllorit’i. Para ocupar estos cargos, Alejandro debió mostrar conducta aceptable en el entorno social donde él, se desempeñaba. Al ser elegido presidente de la hermandad, de acuerdo al estatuto de la hermandad debió haber recibido todavía la aprobación del capellán de la hermandad22.

Como vemos, su vida está repartida entre el liderazgo religioso y el liderazgo político. Como líder religioso, se desempeña como un gran rezador en quechua. Las misas, las procesiones, los funerales, son momentos que Alejandro aprovecha para hacer rezar a los presentes23. En el mes de febrero fue elegido Presidente de Regantes del Valle del Vilcanota, que representa a más de tres mil familias campesinas. Esta organización está en contra de los intentos que tiene el Gobierno central de privatizar el agua de riego, habiendo participado en las marchas de protesta que los campesinos realizaron en la ciudad de Lima en el mes julio del año pasado (2008).

Para él, la fuente y la legitimidad del poder descansa en la práctica de la moral aprendida en la iglesia católica, y en la práctica de una democracia directa y participativa en la que las autoridades son elegidas a través del voto transparente de los electores. La asamblea comunal es la tribuna donde los campesinos discuten, analizan y resuelven los problemas de la comunidad. Asimismo se examina constantemente el movimiento de los recursos económicos de la comunidad.

Alejandro Quispe y sus compañeros de la junta directiva, con la participación de los comuneros, hicieron obras de importancia para la comunidad. Hechos que le valieron para reafirmarse en el poder, el mismo que le sirvió para ser reelegido presidente de su comunidad y posteriormente ser elegido por dos períodos como regidor a la Municipalidad del distrito de Urcos.

Respecto a los que desfalcaron la comunidad, Alejandro dice: “desfalcar a la comunidad es un acto inmoral, que está en contra del quinto mandamiento de la ley de Dios. No robar. Estas personas que infringieron esta ley imitan la conducta negativa de los políticos corruptos que ocupan cargos de alcaldes, congresistas y aún la misma presidencia de la República.”

Los campesinos, mediante los medios de información, la radio, la televisión, la prensa escrita están enterados de los actos de corrupción que cometen los políticos. Es decir, la corrupción es un cáncer que corroe las instancias de los tres poderes del Estado Peruano. Poder ejecutivo, legislativo, y judicial.

De tal suerte que la clase política en el país está devaluada. Ese es el concepto que tienen los campesinos, desde luego Alejandro, y la ciudadanía en general24.

Las rondas campesinas

El problema de la justicia en el país para las clases sociales bajas, entre ellos para el sector campesino, ha sido una constante en la historia del Perú.

Como no encuentran justicia, estos sectores pobres recurren a buscar justicia en la religión25.

En sus rezos individuales y colectivos y hasta en canciones continuamente se quejan a Dios de la falta de justicia. Algunas veces acostumbran depositar cartas dirigidas a Dios al pie de las imágenes sagradas en los templos de la ciudad del Cusco y en el santuario del Señor de Qoyllorit’i.

El problema de la falta de justicia está trasuntada en las composiciones musicales que han sido grabados en el acetato. Se puede observar en el huayno Papel Sellado26, de Felipe Góngora, para el sector del Cusco, y en Falsía, interpretado por Picaflor de los Andes, para el centro del Perú (ver anexos 1 y 2). El mensaje del huayno Papel Sellado expresa la queja presentada al juzgado por alguna persona agraviada que ha sufrido el robo de sus ganados (abigeato). El juez ordena la captura del abigeo. Pero, habiendo pasado tanto tiempo, el papel sellado por el uso continuo que se le ha dado (trámite burocrático) se ha envejecido destrozándose hasta sus bordes.

La falta de justicia en el país se ha agudizado durante la década de los 90’s, década en la que el poder judicial ha sido criticado por haber estado políticamente sometido al gobierno de turno.

Para los campesinos, la administración de la justicia por el Estado resulta onerosa, lenta, burocrática, insegura, dudosa. Además puede prestarse a prevaricatos y coimas en los que pueden estar incursos policías, jueces, secretarios, abogados. A esto se suma que, los magistrados desconocen la realidad sociocultural de las comunidades, como también desconocen el idioma quechua y las relaciones de parentesco consanguíneo o ficticio existente entre los testigos y el inculpado. Este desconocimiento de la realidad sociocultural por parte del juez hace que sus decisiones no sean aprobadas en toda su extensión por parte de los litigantes ni por parte de la comunidad27.

Ante esta situación, la ronda campesina apareció en 1930 en la costa norte del país. Los hacendados para defenderse y evitar el robo de sus ganados por parte de los abigeos se vieron en la necesidad de organizar a sus colonos. En el valle de Vilcanota aparece en 1998, por necesidad e iniciativa de los comuneros de Urcuspampa, para repeler la incursión de los abigeos y ladrones de casas de los campesinos. El accionar de las rondas campesinas se hizo visible desde 1999 hasta el 2001.

Para elegir a los primeros miembros de la junta directiva de la Central de la Ronda Campesina, las comunidades de: Muñapata, Urcuspampa, Hatun Waylla, Pampapchulla, Mollebamba, Wanqara, Hoq’ran y Sullumayu se reunieron en asamblea magna. Para elegir, los campesinos deliberaron entre ellos fijándose en los celadores de la hermandad del Señor de Qoyllorit’i. Porque según la idea que manejan los comuneros, para que las personas elegidas procesen la justicia en la comunidad, deben ser personas que tengan solvencia moral y quien más, sino son los celadores que viven practicando la moral que aprendieron en el santuario de Qoyllorit’i. Son gente que la ley de Dios y ante todo en el curso de sus vidas en la comunidad donde viven han mostrado conducta aceptable. Y quienes les ayudarían a administrar la justicia podrían ser las personas que profesan la religión católica, los que peregrinan al santuario de Qoyllorit’i, o personas que profesan cualquier otra religión cristiana, como los de la Iglesia Evangélica Peruana, Maranathas, Testigos de Jehová, Asociación Evangélica de la Misión del Nuevo Pacto Universal. También podrían ser los “pablitos” o los licenciados del ejército28. Y las mujeres que también muestran condiciones de seriedad y responsabilidad en sus hogares29.

Como presidente de la Central de la Ronda Campesina fue elegido Alejandro Quispe. El resto de los cargos, para vice presidente, secretario, tesorero, vocales y delegados de las comunidades campesinas, fueron elegidos entre los directivos comunales que profesan otras religiones cristianas, los licenciados, los “pablitos”, y tres mujeres.

A estas asambleas de la ronda campesina, suelen participar de 700 a 800 comuneros entre varones y mujeres de las ocho comunidades mencionadas.

Las asambleas de la ronda campesina se llevan a cabo generalmente en el estadio deportivo de las comunidades o en el patio de recreo del los centros educativos. Para darle la formalidad y la solemnidad que requiere la asamblea, izan la bandera peruana y la del Tawantinsuyo (imperio inka), instalan equipos de sonido con altoparlantes para una mejor comunicación durante la asamblea. Acomodan las mesas, las bancas, las silletas para que sea ocupado por los directivos de la central de la ronda y para algunos agentes del gobierno que circunstancialmente podrían estar haciendo trabajos de extensión agrícola o profesores de la comunidad.

Entre tanto, los comuneros, para asistir a la Asamblea General de la Ronda Campesina, se trasladan desde tempranas horas de la mañana, a pie o en vehículos, hasta la comunidad donde se ha de llevar a cabo la reunión. La asistencia de los campesinos es obligatoria, caso contrario se les sanciona con el pago de una multa para los fondos de la comunidad. Antes de iniciar la asamblea, los secretarios de las juntas directivas de cada comunidad controlan la asistencia de los comuneros en un cuaderno de registro. Si existe el quórum respectivo, el presidente da por iniciada la asamblea, que comienza generalmente a las diez de la mañana.

El presidente de la hermandad, que va a oficiar de director de debates, y a la vez es integrante del tribunal, se presenta junto con los otros integrantes de la ronda con sus insignias de la hermandad; en el pecho llevan prendido un escapulario de la imagen del Señor de Qoyllorit’i y un látigo que es signo de su autoridad.

El presidente, saludando a los asistentes y recomendándoles sentarse en el suelo, ordena que cada comunidad campesina se agrupe, y se separen los varones de las mujeres. Los pablitos y los licenciados así como las mujeres controlan la disciplina. Si hay personas extrañas, como funcionarios del gobierno, acostumbran hacerlas pasar a la mesa para que sean partícipes en la asamblea.

Seguidamente, el presidente ordena en quechua quitarse las prendas de la cabeza, hace persignar, rezar al Padre Nuestro y Dios te salve María. Al concluir pide al Señor para que la asamblea se lleve a cabo con toda normalidad, orden y disciplina. Ruega a Dios para que los asambleistas no se equivoquen en sus decisiones, para que los testigos ni los demandados, ni los demandantes mientan. Este es el carácter sagrado con que el presidente da por iniciada la asamblea. Luego ordena entonar el himno nacional. Los campesinos entonan entre dientes porque no saben cantar. Esto lo hace para hacerles sentir que ellos son ciudadanos peruanos. Después de un silencio absoluto, el presidente ordena procesar al inculpado o los inculpados, que pueden ser abigeos, ladrones, alcohólicos, personas que han abandonado a sus esposas, a sus hijos o a sus padres, etc. Uno por uno, y según los casos, les invitan a pasar delante de la mesa directiva y a ubicarse en frente de de los directivos. Se les pide en nombre de Dios que solamente hablen la verdad. Y si hay testigos igualmente se les recomienda hablar la verdad. A veces permiten el careo entre el inculpado y la parte agraviada, como también entre inculpados.

Una vez esclarecido el problema, cualquiera de los integrantes de la ronda o los comuneros pueden sugerir una sanción. Si hay reconsideraciones también los aceptan y vuelven a deliberar la sanción.

La sanción que recibe el reo, puede ser un castigo físico, consistente en calentar el cuerpo haciendo planchas, correr alrededor del estadio deportivo, hacerlo bañar en el agua fria del río, devolución del objeto robado, o recibir tres azotes de parte del celador o celadores que señala la asamblea. Para este acto, el sentenciado se arrodilla delante del celador, cruzando los brazos y las manos sobre el pecho. El celador en el momento de azotar por tres golpes de azote, sobre la respalda del reo, prenuncia estas palabras en Quechua. Dios Yaya. Dios Churi, Dios Espíritu Santo. Lo que equivale a invocar: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Después de darle los tres latigazos, el celador le hace besar el látigo. Los campesinos que profesan otras creencias, maranathas o evangélicos por ejemplo, justifican este hecho al decir “como dice en la Biblia, cuando no cumplen mis estatutos serán juzgados en la tierra”.

A Alejandro y al resto de los celadores, siempre escuche decir: En la comunidad no tenemos cárcel, la sanción moral es peor que la cárcel. Los elegidos por la asamblea para castigar a los sentenciados siempre fueron celadores, y algunas veces los dirigentes comunales. Dicen: Para que “le ponga la buena mano”, es decir que el que castiga debe ser una persona con cualidades morales, a fin de que su conducta sea imitada por la persona que ha sido castigada.

El que castiga lo hace en nombre de Dios, para evitar posibles venganzas de parte del sancionado.

En el derecho consuetudinario, los delitos los clasifican en delitos de menor cuantía y delitos de mayor cuantía. Los delitos considerados de menor cuantía son los que se procesan en las asambleas comunales. En cambio, los de mayor cuantía (asesinatos, violación a mujeres, etc.) los derivan al juzgado de la provincia.

Estas son las experiencias que hemos registrado en el trabajo de campo realizado entre el año 1999 y el año 2001, período de tiempo en el que Alejandro y sus compañeros administraron la justicia. En la actualidad la ronda campesina sigue funcionando. Y uno de los observadores era hasta recientemente el mismo Alejandro. Él dice: hoy la ronda ha perdido legitimidad, puesto que los integrantes de la ronda se prestan a la manipulación del alcalde de Urcos, quien les ofrece ejecutar obras en sus comunidades a cambio de recibir apoyo en las próximas elecciones municipales (2011).

La legitimidad del poder, para administrar la justicia en la ronda campesina, ya no se sustenta en las condiciones morales que tienen las personas. Esto significa que la ronda ha perdido su autonomía. El rol de la ronda estaba ceñido únicamente a la administración de la justicia. Moral, conducta, rol y autonomía legitimaban el poder de los integrantes de la ronda. La manipulación significaría que la política está por encima de la religión -es decir, en este contexto, de la ética y de la moral- cuando en realidad debería ser todo lo contrario.

Conclusiones

1. En el mundo andino, históricamente ha existido la relación constante y permanente de la religión y la política. La religión trasciende a la existencia del hombre; entre tanto que la política es un quehacer del hombre para vivir en orden con sus congéneres. La religión trasciende en la vida del hombre, porque jerárquicamente ocupa una instancia de otra naturaleza en el pensamiento del hombre que se concretiza en la experiencia religiosa. Pensamiento y experiencia religiosa que influye en la vida política del hombre a través de la moral y la ética, cuando en su vida privada y pública pone en práctica aquello que ha internalizado, lo cual le sirve como soporte para legitimizarse en el poder. Pero el orden establecido no es eterno. Es cambiante tal como está expresado en el mito de Inkarri, ser sacralizado por los q’eros, que en igualdad de condiciones, pide a otra instancia religiosa, para que ésta, a su vez, ordene a una instancia política que el sistema de explotación sea cambiado por otro orden de vida social de los hombres.

Los inkas justifican, legitiman su derecho a gobernar a los hombres, utilizando el aparato ideológico religioso, al hacer creer a sus gobernados que ellos descienden del Sol, reverenciado como una deidad. Organizando a la vez los nobles inkas, grandes peregrinaciones a lugares y en tiempos, estimados sagrados, para rendirle culto al Sol, y de esta manera seguir legitimizando su poder.

2. Este modelo de pensamiento de la superposición de la religión sobre la política continúa. En el sistema de la autoridad del alcalde o varayoq, si bien es cierto que la fuente del poder se encuentra en la cuestión legal o formal, ésta no es suficiente para legitimarse en el poder, o para hacerse sentir como autoridad. Era necesario que las personas que aspiraban a este cargo cumplieran con el mandato moral de ser hombres casados, y desempeñaran, en forma paralela o inextricablemente alternada, cargos civiles, políticos y religiosos.

3. Hoy en día, en la comunidad campesina, el poder también se adquiere a través de la fuente legal o formal mediante la institucionalidad democrática. Antes de que el futuro líder sera investido como autoridad, la gente se fija en una serie de capacidades y habilidades personales: la honradez, el trabajo, el servicio y respeto al prójimo. Son valores morales puestos en la práctica, aprendidos de la religión que se profesa.

Para los asambleistas de la ronda campesina, las personas que conforman el cuadro directivo de la ronda campesina y los dirigentes comunales, son considerados personas autorizadas de ejecutar la sentencia aprobada por la asamblea a las personas que han atentado contra la tranquilidad de la comunidad. La ejecución de la sentencia siempre es aplicada en nombre de Dios. La ley viene de Dios. Como ley, ha sido quebrantada, el castigo viene de Dios. La ley de Dios está inmersa en el derecho consuetudinario de la comunidad. Por tanto, la justicia administrada por los hombres es la representación de la justicia divina.

Asimismo, y en modo de síntesis final, en la comunidad campesina, para legitimar el poder político, entran a conjugar tres conceptos sustanciales. (1) La fuente legal de la institucionalidad de la democracia; (2) complementada con la aplicación de la administración de la justicia o aplicación del derecho consuetudinario; y (3) respaldada por la práctica de la moral impuesta por la religión.

notas

2 Ponencia presentada a dos voces, entre el autor de este artículo y el líder espiritual y comunal Alejandro Quispe Rosada, en el coloquio Internacional “Proceso de Debate y Propuestas sobre la Legitimidad del Poder en la Región Andina”, Pachacamac, Lima, el 16 de febrero del 2009. Este artículo está escrito en memoria de Alejandro, quien dejó de existir el 19 de junio. Sus restos mortales yacen en el cementerio de Urcos. Su partida fue sentida por los comuneros de Muñapata y la población de Urcos. El ha muerto en su fe.

2 Antropólogo peruano, especializado en antropología del derecho y de la religión, docente de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (Perú).

2 En la Iglesia Católica, los adeptos, tienen libertad para participar en política. En cambio a los sacerdotes y a los de la alta jerarquía, esta posibilidad, les son negadas. Esto mismo sucede con la Iglesia Evangélica peruana. En Iglesia de La Vid. Iglesias en Células, que en el Cusco apareció hace diez años, líderes y adeptos están prohibidos de participar en política. Creen que la política, es incompatible con la religión. Participar en política, nos referimos a la posibilidad de elegir y ser elegidos para desempeñar cargos públicos.

3 La comunidad campesina, es una agrupación de familias que viven en un territorio común y tienen afinidad de lengua y cultura. Su medio de subsistencia es la agricultura parcelaria y ganadería familiar. Es el lugar donde se practica la democracia directa. Es decir: la gente se conoce “cara a cara”. Los líderes y la comunidad reunidos en asambleas discuten y deciden asuntos de la comunidad. Existe otro tipo de democracia, llamada democracia representativa. Los representantes son elegidos mediante el voto, para que actúen a nombre de los electores.

4 El Sol es una de las deidades del mundo andino. El primer gobernante fundador del imperio de los incas fue Manco Cápac que se impuso como hijo del Sol. El culto al Sol fue oficializado hacia 1350, durante el gobierno del noveno inka, llamado Túpac Inka Yupanqui (Pachacútec) (Angles.1988: 281, 301). A Túpac Inka Yupanqui le sucedió su hijo Wayna Cápac. Con éste último inka, el territorio del Tawuantinsuyo, fue el de mayor extensión en América. Abarcó los territorios andinos y circundantes, desde San Juan de pasto al norte, hasta el río Maule al sur, actualmente territorios del sur de Colombia, pasando por Ecuador, Perú y Bolivia, hasta el centro de Chile y al Noreste de Argentina. Tawantinsuyo, es una palabra quechua que significa cuatro regiones. Chinchaysuyo al norte, Collasuyo al sur, Antisuyo al este, y Contisuyo al oeste. La capital del imperio de los inkas fue la ciudad del Cusco.

5 La Luna era considerada esposa del Sol. Ella forma el lado femenino de las deidades andinas. En el Cusco, en honor al Sol se le construyó la Casa del Sol denominada Qorik’anchaq (Oro que refulge). Uno de los compartimentos de esta casa estaba dedicada a la Luna. Sobre esta casa del Sol se encuentra construido el templo de Santo Domingo.

6 Las islas del Sol y de la Luna, se encuentran en el lado Sur del lago Titicaca al noreste de la península de Copacabana. La isla del sol tiene 12 kilómetros de largo y apenas ocho en su parte más ancha. La isla de la Luna es pequeña.

Se llaman así porque en cada isla el inka, Topa Inka Yupanqui, hizo construcción simultánea de templos dedicados al Sol y a la Luna. El inka Wayna Qhapaq, hijo de Topa Inka, que le sucedió en el poder a su padre Topa Inka Yupanqui hizo engalanar ambos templos. (Bauer. 2003: 84,119, 123)

7 Michael J. Sallnow, al estudiar la peregrinación a la zona de Qoyllorit’i. Dice: las peregrinaciones en la zona del Cusco en Perú, y Cobapacabana en Bolivia, se realizaban todavía desde la época precolombina hasta el presente. (Sallnow. 1987:a1). Braian S. Bauer, al referirse a las peregrinaciones en Perú prehispánico, escribe: Ellas más bien fueron, una construcción estatal diseñada y perpetuada para mantener el control ideológico y político del Estado. (Bauer. 2003: 288)

8 Apu es una deidad o espíritu, que se cree habita en el cerro o montaña. El campesino indígena, cree que el apu o los apus son los guardianes de los pueblos y comunidades campesinas.

9 Inkarri es un personaje mítico, considerado héroe cultural y padre espiritual de la Nación Q’ero. Se denomina Nación Q’ero a un conjunto de comunidades campesinas que se encuentran más o menos a 190 kilómetros al noreste de la ciudad del Cusco. Su territorio de 914,02 km2, está ubicado en la parte oriental de la Cordillera de los Andes en la provincia y Distrito de Paucartambo del departamento del Cusco. Cuenta con 3876 habitantes distribuidos en ocho comunidades. Hatun Q’ero, Q’ero T’otorani, Markachea, Japu, Kiko, Pukara, Q’achupata y K’allakancha. Hasta 1963 la Naciòn Q’ero, fueron colonos de la hacienda del mismo nombre. Ese año, con el asesoramiento del antropólogo Oscar Núñez del Prado, los q’ero compraron la hacienda. Esta compra, ellos consideran que fue efecto de la aplicación de la reforma agraria, durante el gobierno del Presidente Velasco Alvarado.

10 Paititi o el Dorado, ciudad mítica llena de oro, riquezas y conocimiento, en la que según la mitología del área del Cusco, viven aún los inkas rodeados de una esplendorosa corte. Se piensa que la ciudad de Paititi se encuentra en algún lugar impenetrable de la selva amazónica.

11 Ver: Q’ero el último Ayllu Inka. I.N.C. pág. 219 y siguientes.

12 Ibid. Pág. 220.

13 Designación cariñosa que se les da los niños que conforman el sistema de “Varayoq”. “Putuku” viene de “pututo”. Se trata del Spondylus, o caracol marino, con el que tocan los campesinos en reuniones formales.

14 O “varayoq”: también así se le denomina, por la vara de mando que tiene el alcalde como signo de su autoridad. Vara que está adornada con láminas de plata. Sus acompañantes, llamados regidores, llevan en la mano un palo de chonta y un “pututo”.

15 Es decir: estar registrado con nombres y apellidos en los documentos oficiales de la comunidad; estar empadronado significa que el campesino tiene derechos y obligaciones para con la comunidad.

16 Por razones turísticas, el sistema del “varayoq o alcalde” se mantiene en el distrito de Ollantaytambo y Pisac. Provincias de Urubamba y Calca respectivamente. Son sitios donde existen complejos arqueológicos de origen inka.

17 Se trata de una reseña “autobiográfica” ya que procede de la ponencia que hizo el Sr Alejandro Quispe con el autor del presente artículo.

18 El santuario del Señor de Qoyllorit’i está a 4800 metros de altura, en la comunidad campesina de Mahuayani, distrito de Ocongate, en la provincia de Quispicanchi. El santuario está ubicado cerca al nevado de Awsangate, de 6380 metros de altura. Es considerado Apu mayor del Cusco. Los campesinos, cada año, acostumbran peregrinar a este santuario para alabar al Dios cristiano y pedirle perdón por sus pecados, y también para darles las gracias a las deidades andinas por haber cosechado los frutos que la Pachamama (La Tierra, considerada como una deidad) les ha brindado gracias a la acción del trabajo que desempeñaron durante todo el año. La peregrinación, por ser de fecha movible, se realiza en el mes de mayo o junio. Esta festividad coincide con la semana del Corpus Christi.

19 Qhapaq Ch’unchu representa a los grupos étnicos de la selva amazónica; está asociado a la imagen del Señor de Qoyllorit’i.

20 “Pablito” es el nombre de un personaje danzante que está asociado también a la festividad del Señor de Qoyllorit’i. Por su disfraz, para los campesinos representa al oso (ukuko). Para el antropólogo Jorge Flores Ochoa, representa a la alpaca.

21 La Hermandad del Santuario del Señor de Qoyllorit’i es una de las más renombradas hermandades católicas de la organización comunal religiosa campesina que existen en la zona sur del país. La hermandad se encarga de organizar y promover la devoción pública y privada al Señor de Qoyllorit’i. Se dice que es una de las peregrinaciones más importantes que se realiza en Suramérica.

22 Ronda viene del verbo rondar. Dicho en otras palabras, rondar es vigilar de la incursión de los abigeos y otros delincuentes en el territorio donde viven los campesinos. Los malhechores al ser apresados, son procesados públicamente, haciendo uso del derecho consuetudinario de la comunidad. Derecho comunal, que viene a ser el conjunto de reglas de convivencia social. El artículo 149 de la Constitución Política del Perú de 1993, faculta la existencia de la Ronda Campesina. A la letra dice: “Las autoridades de las comunidades campesinas y nativas, con el apoyo de las rondas campesinas, pueden ejercer las funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial de conformidad con el derecho consuetudinario, siempre que no violen los derechos fundamentales de las personas. La Ley establece las formas de coordinación con los juzgados de paz y con las demás instancias del poder judicial. “

23 En el Estatuto de la Hermandad, en el capítulo IV, del artículo 7 al artículo 11, para ser miembro de la hermandad el interesado debe cumplir los siguientes requisitos. Ser caporal, kimichu, danzarín de una comparsa, durante dos años consecutivos, saber rezar en quechua, y conocer las costumbres y tradiciones del santuario, tener solvencia moral en su vida cristiana, además el hermano anualmente es ratificado por la nación a la que pertenece. Para ingresar a la hermandad, debe presentar certificado de matrimonio religioso y de buena conducta expedido por el párroco de la población donde reside. Documento de buena conducta que acredite la propuesta de la asamblea de la comparsa a la que pertenece.

24 Cabe señalar que Alejandro Quispe, cuando se le tocó durante el Coloquio de Pachacamac presentarse ante los demás participantes, compartió con todos un rezo en quechua.

25 Por ejemplo, el director del periódico Perú 21, de fecha 30 de agosto de 2009, en la página 2, escribe: “(…) son contados con los dedos de una mano los políticos peruanos que tuvieron alguna actividad exitosa antes de ingresar al Congreso o al gobierno (…). Recientemente el Instituto Prensa y Sociedad (Ipys) convocó a más de 40 periodistas de investigación latinoamericanos y fue interesante la coincidencia que existe en la mayoría de países, con el creciente nivel de corrupción gubernamental que estamos experimentando (…). La política se ha convertido, junto al narcotráfico, en una de las actividades que más rápidamente enriquece a individuos sin que haya sido evidente la manera cómo lo lograron.” En el diario Gestión, de fecha 7 de setiembre de 2009, aparece en primera página: “Cuatro de cada diez limeños cree que la corrupción creció”. En la página 22, en una encuesta realizada por la Universidad Católica (PUCP), informan que “hubo corrupción en los gobiernos de Fujimori y Toledo, creció de 45% a 51 % la sensación de que el actual Gobierno es tan corrupto como los otros (…).” Los tres poderes del Estado reciben una nota desaprobatoria en relación a su lucha contra la corrupción. La percepción de la corrupción entre los limeños es como sigue: El congreso: 78% muy corrupta. Lo demás se reparte entre poco corrupta, regular, no precisa. El poder judicial: 76%, Los partidos políticos: 75%. La policía: 73%. El gobierno: 67%. Las municipalidades: 64%. Las fuerzas armadas: 62%. Los gobiernos regionales: 62%.

26 En Aldeas Sumergidas de Efraín Morote Best (1988), se encuentra un artículo titulado: “Las Cartas a Dios”, cartas que Morote ha clasificado, analizado y explicado por temas. En estas cartas, los fieles piden la muerte de alguien, el amor de alguien, la curación de alguien, etc. El 50% de estas cartas se quejan de las injusticias judiciales. La costumbre de depositar cartas dirigidas a los santos pidiendo un deseo subsiste a la fecha. En la ciudad de Lima, cada 30 de agosto, día de Santa Rosa de Lima, los fieles depositan cartas en la poza del patio de la que fue la casa de la santa limeña, en la avenida Tacna.

Existen varios trabajos publicados sobre el problema de la falta de justicia para las clases populares. Entre estos tenemos: Justicia comunal en los andes del Perú, el caso de Calahuyo, de Antonio Peña Jumpa (1998), editado por la PUCP, 389 pp.; Justicia Andina, hacia una Antropología jurídica, de Oswaldo Torres (1995), 176 pp.; Jueces Andinos. Rondas Campesinas. Administración de Justicia en el Valle de Vilcanota-Urcos, de José Canal (2001), 108, pp.; Derecho y comunidades campesinas en el Perú 1969-1988 (1996), de Pedro Germán Núñez Palomino, 214 pp.

27 Hasta los años 1960, oficialmente los escritos de queja, para los juzgados se presentaba en un papel rayado de doble pliego que se compraba en una oficina dependiente del Estado Peruano. Dicho papel llevaba en el ángulo derecho superior un sello del Estado Peruano.

28 Hemos sido testigos de estos procesos públicos de administración de justicia. Por ejemplo en el caso de un joven acusado de abigeo y hurto de productos de la chacra. En el proceso público, el joven admitió su culpa. Quisieron expulsarlo de la comunidad junto con su pareja y su hijo menor. Dentro de la multitud, alguien salió y dijo: “A este muchacho, acaso no le conocemos que es huérfano de padre y madre. Cuando niño vivió con una de sus tías maternas. Vivió maltratado y mal alimentado, ni siquiera su tía le puso a la escuela. El terreno que dejaron sus padres, su tía se lo ha apropiado y no quiere devolvérselo.” Al joven le dijeron: “Por qué no trabaja”. Contestó que los trabajos solamente son temporales. Llamaron a su pareja. La mujer apareció toda sucia y harapienta con un niño bajo el brazo. Le dijeron: “Por qué te emborrachas casi todos los días”. Ella respondió: “Me emborracho por desesperación, puesto que no hay nada para cocinar”. Uno de los celadores de la mesa le contestó: “Pues bien. No te vamos a expulsar de la comunidad, te conocemos y comprendemos que tu situación es difícil”. Uno de los asambleistas dentro del grupo dijo: “Los comuneros debemos de darle trabajo a esta pareja de muchachos. Cuando hacemos trabajar nuestras chacras siempre necesitamos el concurso de otras personas”. Dirigiéndose al muchacho, uno de los asistentes le dijo: “La otra vez te vi robando choclos de una chacra”. El muchacho temblando contestó: “Robé porque me antojé de comer choclos”. A la mujer le preguntaron sugiriéndole al mismo tiempo: “Por que qué no trabaja. Los domingos por lo menos debes llevar picante para vender en la feria dominical de Urcos”. Las pareja de esposos, sin contestar, moviendo la cabeza, asintieron la sugerencia. En eso dos mujeres entre la multitud se pusieron al frente de los asambleistas, delante de ellas pusieron dos costales de yute que parecían contener algo. Una de ellas habló dirigiéndose al resto de las personas: “Ustedes juzgan, hablan, condenan. Y dicen que no los vamos a expulsar de la comunidad. Preguntémonos, hasta que consigan trabajo, o hagan las recomendaciones que les estamos dando, estos jóvenes se van a morir de hambre. Pues nosotras dos, como mujeres que tenemos hijos, les hemos traído estos víveres de maíz y papas para que se alimenten hasta que consigan trabajo o les demos trabajo. Y la comunidad debe obligarle a la tía del muchacho para que se lo devuelva su chacra”. Todos asintieron que así sea. La pareja de inculpados se pusieron en tono melancólico, agradeciendo a los presentes y prometiendo no robar y comportarse bien en la comunidad. Para los presentes fue un acto de justicia con contenido humano, muy lejos de la justicia que podría administrar el juez del poder judicial, quien no conoce estos detalles, ni conoce las personas. Además el proceso se llevó a cabo en un solo acto, utilizando el idioma quechua. En cambio el derecho positivo que utiliza el juez es envolvente. El juez tiene la desventaja de desconocer las particularidades de cultura que tiene cada comunidad campesina.

29 Se denomina “licenciado” al campesino que ha ido al cuartel a cumplir el su servicio militar obligatorio. En el cuartel se supone que como soldado ha aprendido la disciplina, el amor a la patria, y la seriedad, con que debe comportarse en la sociedad. Una vez cumplido el período de servicio, el soldado es dado de baja. Esta persona es a la que se le conoce como licenciado.

30 Las mujeres también son escogidas para brindar consejo y castigar a las inculpadas.

Bibliografía

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Periódicos de circulación nacional

Perú 21. 30 de agosto 2009.

Gestión. 07 de setiembre 2009.

Anexo 1

PAPEL SELLADO

Autor: Felipe Góngora Guevara

(Versión original)(Traducción libre)
Papelcha selladoPapelito sellado
papelcha rayado. (Bis)Papelito rayado. (Bis)
Mayqen juzgado punkukunapiraqEn la puerta de qué juzgado
Muyuyamushanki. (Bis)estarás dando vueltas. (Bis)
Desde Qolqemarka chayamusqa.(Bis)Desde qolqemarka me había Llegado orden de captura.(Bis)
Chay lisu maqt’ata pusamuychisnispaDiciendo, capturen, traigan a ese
Apamuychisnispa.cholo insolente.
Rinayta munaspaqaSi quieren que vaya
pasanayta munaspaqasi quieren que me presente
gobiernuraq avientaprimero el gobierno me envíe
apachimuwachun.(Bis)un avión.(Bis)
Papelcha selladoPapelito sellado
papelcha rayadopapelito rayado
mayqen tribunal.En qué tribunal
Punkukunapiraq tukuyukurankite habrás terminado
mayqen tribunal punkukunapiraqen qué tribunal te habrás
Thantayukuranki.Envejecido.
FugaFuga
Toma esta mano. Dame la manoToma esta mano. Dame la mano,
Doctor MuñozDoctor Muñoz.
Más un torete de dos años.Más un torete de dos años.
Y toma este torete de dos años. ()Y toma este torete de dos años

* El huayno es una versión original, escrito en “quechuañol” (quechua y español) y en lenguaje figurado. La traducción es conceptual.

Anexo 2

FALSIA

(Recitado)

La vida es una falsía.

Y yo cuando más golpes me dé

Más me apego a ella.

  •  

    •  

La vida es una falsía,

El mundo es ancho y ajeno.

Justicia no hay en la tierra.

Donde no hay ricos ni pobres.

Por las sendas del martirio

Mi alma muera con delirio

Es la causa que me obliga,

Decir adiós a este mundo,

Sentado en falsedad.

Piden justicia sin nombre,

Piden justicia sin nombre.

Fuga

Ya me voy de esta tierra,

Herido en el alma y el corazón. (Bis)

Mi vida ya no es la vida en medio

De injusticias y tantas falsedades.

Mi vida ya no es vida,

En medio de tantas injusticias.